Falló en lo de siempre

Real Zaragoza y Real Oviedo jugaron a los espejos en La Romareda, pero a los puntos merecieron mejor suerte los de Jon Pérez Bolo. El fútbol y LaLiga SmartBank no entiende de otra cosa que no sean goles y eso precisamente es en lo que falla el cuadro carbayón.

Con la disposición de los jugadores carbayones sobre el terreno de juego de La Romareda ya se despejaba la primera incógnita de la tarde. Jon Pérez Bolo agitó la coctelera y apostó por una defensa de tres y dos carrileros largos. Se suponía que con este sistema el equipo asturiano gozaría de mayor solidez defensiva. Pues la primera en la frente. Una desconexión tras un saque de banda rival en el minuto tres de partido la castigó Ivan Azón para adelantar al conjunto maño.

Un Oviedo sin colmillo

Los locales crecieron con el tanto y protagonizaron varias llegadas peligrosas sobre la portería de Tomeu en el inicio del choque. Intentó estirarse el Oviedo por las bandas, pero Viti y Bretones no estuvieron acertados en los compases iniciales. La primera ocasión de los pupilos de Bolo llegó pasados los primeros veinte minutos de encuentro. Pese a que el colegiado señaló fuera de juego, Borja Bastón desperdició un claro mano a mano ante Cristian Álvarez partiendo de posición correcta. Se estiraba el Oviedo a medida que dominaba la posesión del esférico.

El dominio no lo reflejó en ocasiones. La posesión visitante era estéril, ya fuese por el buen hacer de la zaga local o por el desacierto de los atacantes azules en zona de tres cuartos. Un zapatazo de Mier, que acabó dentro de las mallas pero que fue anulado por fuera de juego previo de Bretones, fue un oasis en la mala primera mitad del Oviedo en ataque. Tomeu, con un paradón descomunal a remate de Giuliano, evitó males mayores al filo del descanso.

Remó por la victoria, pero no le dio

La segunda mitad comenzó al igual que lo hizo la primera... pero justamente al revés. Montoro aprovechó un mal despeje de Cristian tras un balón muy llovido y cabeceó a gol cuando tan solo se habían disputado cuatro minutos del segundo acto. El primer tiro a puerta del Oviedo, pues los otros dos acabaron en fuera de juego, fue gol.

El duelo creció en ritmo y ambos equipos gozaron de varias acciones de peligro. El Oviedo se mostró más seguro y reconocible en la segunda mitad, justo cuando volvió al esquema de cuatro atrás. De hecho, el cuadro carbayón dio un paso al frente y asedió al Zaragoza. El problema fue el de siempre: la finalización. Borja Bastón protagonizó la acción más clara de los visitantes y Tomeu volvió a salvar al equipo al final.

Pasó el mejor tramo de los de Bolo y el duelo se volvió a igualar en el tramo final, pero el marcador no se movería más. El Oviedo rasca un punto de La Romareda que le sabe a poco.