Ganar no aburre a nadie
El encuentro del Real Oviedo en suelo chicharrero resume a la perfección el estilo de Álvaro Cervera. Una forma de jugar conocida por todos, más si cabe por los que apostaron por él... y que da resultados. El 'Gafa' ya sabe lo que es lograr los tres puntos como visitante con el equipo azul en LaLiga SmartBank. Y sigue sumando adeptos.
En un horario atípico, por petición del equipo tinerfeño para poder celebrar los actos de su centenario, el cuadro carbayón saltó al verde del Heliodoro Rodríguez López de forma irreconocible. Los pupilos de Luis Miguel Ramis llegaban con muchas dudas, pero comenzaron el partido queriendo ser protagonistas. Y lo fueron. De hecho, en poco más de tres minutos, Quentin Braat tuvo que intervenir en dos ocasiones. En la segunda de ellas se esforzó para despejar un gran disparo de Iván Romero.
Al descanso, lo mejor fue el resultado
El Oviedo se asomaba tímidamente a la meta defendida por Juan Soriano, pero las ocasiones eran para los locales. Dani Calvo evitó un gol cantado sobre la línea cuando no se cumplió el primer cuarto de hora. Sufrían los de Cervera.
El partido fue un monólogo en el primer acto. El debutante Sesé apenas pudo tocar un par de balones, Bastón era una isla en ataque y Hugo Rama no pisaba la zona que debía. Lógico, pues el empuje del Tenerife desnaturalizó al Oviedo. Al buen hacer local se sumaban los errores no forzados de los jugadores azules. Los asturianos no dispararon a portería hasta el minuto 43 gracias a un remate de Costas a la salida de un córner. Un dato que resumió a la perfección la actuación visitante. Lo mejor al descanso, el resultado.
Puro Álvaro Cervera
Al técnico azul no le debió gustar la puesta en escena de los suyos, pues dio entrada a Bretones al descanso. Sesé pagó los platos rotos. En tan solo cuatro minutos ya se vio algo distinto: Lucas se llenó de confianza y comenzó a subir la banda.
Y no sería un espejismo. Desde el día de su presentación, Álvaro Cervera se mostró tal y como es. Afirmó que su equipo sería práctico y competitivo, y así lo mostró en el Heliodoro: se mantuvo con vida en la primera mitad y se adelantó a balón parado. En el minuto 51, Costas inauguró el luminoso tras una gran disputa aérea ganada por Borja Bastón. Ganaba el Oviedo sin cuajar un gran encuentro.
Comenzó a mover el banquillo Cervera y quitó la doble punta con el objetivo de potenciar la gestión de la ventaja. Los locales seguían llegando, pero lo cierto es que el equipo azul se mostró cómodo en el alambre. Y que Braat estuviese tan inspirado también fue clave, claro.
La primera victoria a domicilio de la era Álvaro Cervera se fraguó siendo fiel a su idea. Se fajó en defensa como pudo y asestó un golpe definitivo en la que tuvo. Tres puntos y a empezar a mirar hacia arriba, lo verdaderamente importante.