Borja Sánchez añade sacrificio al talento: su adaptación al estilo de Cervera

El balsámico triunfo que el Real Oviedo consiguió este domingo frente a la UD Las Palmas no solo supuso un paso de gigante para lograr la permanencia en LaLiga Santander, sino que sirvió para que varios integrantes de la plantilla se reivindicaran. Especialmente Borja Sánchez, que fue el autor del único gol y que cuajó un excelente partido.

Pero más allá de este tanto, el 10 carbayón evidenció que ha dado un paso adelante en una faceta de su juego que muchas veces se le ha criticado: el sacrificio defensivo y el trabajo en su propio campo.

Si se atiende a las estadísticas, Sánchez participó en catorce disputas y ganó nueve de ellas. Además, realizó cinco entradas. Un trabajo encomiable para un futbolista que debe ser determinante en la zona de tres cuartos de campo y no tanto en labores defensivas.

La eterna dicotomía de Cervera con el talento y el trabajo

Desde su etapa en el Cádiz, y especialmente desde que se asentaron en la zona alta de la categoría de plata, se le ha achacado a Cervera el poco encaje que tienen los jugadores de talento en sus plantillas, supeditados siempre al trabajo que deben realizar.

Sin lugar a dudas, falta por ver si hay una cierta continuidad en su rendimiento y si no es todo flor de un día, pero se atisba que puede ser un activo importante en esta recta final de temporada. Y más tras un curso marcado por las lesiones y la falta de continuidad.

Sin ir más lejos, el 10 tiene en su vestuario a otro jugador que ha tenido una adaptación similar a la suya al estilo de Álvaro Cervera como es Hugo Rama. Y es que el jugador gallego, que empezó actuando por banda y este domingo ejerció de segundo punta acompañando a Enrich, ha sabido encontrar su lugar en la rotación a base de sacrificio.