Nadie puede dudar que en el Real Oviedo ha quedado instalado el estado de plena felicidad. Álvaro Cervera ha cambiado el devenir de un equipo con el que tuvo dudas, pero al que ha aupado a la séptima plaza de la tabla a falta de una jornada. Quién sabe qué hubiera sido de este equipo de no haber comenzado el curso a pie cambiado. Ahora, todo es de color de rosas y ante el Racing lo volvió a demostrar.
El Real Oviedo mostró seriedad, dinamismo, virtudes individuales y gol. Ese de Dani Calvo en el minuto 21 que sirvió para darle el triunfo a los suyos. De cabeza, la especialidad de la casa. Un saque de esquina de Camarasa lo enganchó a la perfección con la testa para batir a Ezkieta y adelantar a los suyos.
El resto ya lo conocen. Trabajo, seriedad defensiva y todos aquellos adjetivos que quieran ustedes añadir al fútbol de Álvaro Cervera. Ese juego que no enamora por su belleza pero sí por su eficacia. En el Tartiere, ahora mismo, hay una cosa clara en la mente de su hinchada: que termina ya la temporada actual y que arranque una nueva con un capitán de barco que ilusiona a propios y extraños.