El partido que juega la Real Sociedad este domingo ante el Málaga será el último en Anoeta con su actual configuración y capacidad, ya que tras este encuentro se inician las obras que harán desaparecer temporalmente hasta 7.000 localidades del aforo actual.El campo realista, inaugurado en 1993, comenzará a partir de este domingo, una vez que se acaba la Liga para la Real como local con la visita del equipo andaluz, la fase de reforma que tiene entre sus objetivos elevar su aforo a 42.000 seguidores y la eliminación de las pistas de atletismo.
Los trabajos en el estadio se prolongarán durante dos temporadas y aunque no está descartado que el equipo tenga que alquilar otro campo en algún partido en concreto, los planes del Consejo de Administración contemplan inicialmente la compatibilidad de las obras y competir sin moverse de Donostia.
El proyecto del club que preside Jokin Aperribay busca un incremento notable de aforo, más de diez mil localidades, ya que la Real está convencida de que esta premisa será clave para la negociación de los futuros derechos televisivos, además de permitir a Anoeta acoger eventos del máximo nivel deportivo.
El club se ha implicado en la financiación, a pesar de que no será el propietario del estadio, y abonará una cantidad cercana a los 35 millones de euros que se completará con las sumas aportadas desde las instituciones, 10 millones el Gobierno Vasco y 4 la Diputación foral de Gipuzkoa.