Son las cosas de la vida, son las cosas del... fútbol. Antoine Griezmann y Carlos Bueno se conocieron en la Real Sociedad. El francés era un recién ascendido de la cantera txuri urdin, debutó con 18 años con el primer equipo, mientras que el uruguayo llegaba en 2009 de la mano de Martín Lasarte para reforzar la delantera blanquiazul y tratar de ayudar al equipo a volver a Primera División. Desde entonces, los dos exrealistas han creado una gran amistad. El próximo viernes día 6 de julio, a las 16 horas, en cuartos de final del Mundial de Rusia, las selecciones de Uruguay y Francia se enfrentarán para pasar a semifinales.No es el único uruguayo con el que ha coincidido el realista a lo largo de su trayectoria en la Real. También lo hizo con Diego Ifrán y, posteriormente, con Gonzalo 'Chory' Castro. Tanto uruguayo solo podía generar una cosa; que Griezmann se aficionara al mate como un charrúa más.
Carlos Bueno fue el primero en aficionarle a esta infusión, y así recordó una vez cómo comenzó su amistad con él: "Tengo una gran amistad con Antoine. Nos llevamos muy bien. Es una persona a la que quiero muchísimo por lo que he vivido con él. Se trata de un chico joven que siempre quiso aprender para convertirse en lo que es ahora. Desde que debutó en la Real siempre quiso mejorar". Además recordó cómo fueron los comienzos del francés con el mate. "Yo le pasaba a buscar en San Sebastián para ir a entrenar. Yo siempre llevaba mate y un día me dijo que le diera a probar, a lo que le contesté que no le iba a gustar. No le dí y al día siguiente volvió a ocurrir lo mismo. Al final lo probó y puso una cara rara, pero le dije que si lo probaba era con la obligación de que se lo tomara todo. Me contestó después que no estaba tan mal. Ese mismo día por la tarde fuimos a una plaza a merendar y me volví a llevar el mate, y me dijo de nuevo que le diera. Le insistí en que si tomaba un poco no e daba más. Al final le encantó y ahora tiene un cuarto lleno para hacerse".
El propio Martín Lasarte, a la vuelta de un viaje a Uruguay, le trajo lo necesario para que Griezmann pudiera prepararse su propio mate.
No fue la única enseñanza de Bueno a Antoine. El uruguayo también le hizo coger afición por el Peñarol de Montevideo.
Carlos Bueno llegó a Donostia en el verano de 2009 y su participación resultó decisiva en la consecución del ascenso. Fue el máximo artillero con un total de 12 goles en los 34 partidos que jugó como txuri urdin.