Txuri urdin, txuri urdin maitea... A ver, ¿cómo decirlo? ¡Grandioso, maravilloso!. Casi hasta épico teniendo en cuenta el equipo que dispuso Garitano de salida motivado por las numerosas bajas que presentaba la Real.
Decía el filósofo Rabindranath Tagore: "si de noche lloras por el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas". En Donostia llevábamos toda la semana llorando por ese sol a modo de bajas, de ausencias, de ponerse la venda antes de jugar... y tal vez se nos pasó por alto en ciertos momentos que Zubieta nunca falla.
Sin Willy ni Sandro, la Real tiró de corazón y casta para hacerlo lo mejor posible en San Mamés, donde se frotaban las manos al enterarse que tampoco estarían de inicio el brasileño y el canario. Tal vez a partir de este derbi se dan cuenta que la cantera realista, esa que tanto les gusta 'visitar' chequera en mano, es una inagotable fuente de talentos. Algunos con más calidad, otros con más valentía, pero la mayoría de ellos con un sueño: triunfar en su Real, donde el sentimiento es más fuerte que el dinero. También hay díscolos, y por eso ya no están aquí, solo queremos entre nosotros a hombres que como este viernes se dejaron la piel por el escudo más bonito del mundo. Partidazo de los chavales.
1-3 fue el resultado de un partido épico desde el inicio porque la alineación era como para tener 'un par' al sacar hasta nueve canteranos titulares. Solo había que creérselo. La Real no tiene peor plantilla (ni en este partido peor equipo que el Athletic), y estos futbolistas de azul y blanco fueron los encargados de recordarlo. Los aficionados que se desplazaron hasta San Mamés sintieron el orgullo de ser de la Real para la que este no es un partido más. Ni para el contrario aunque lo venda diferente a tenor del resultado. Tres puntos y al parón con una sonrisa renovada.
La primera parte fue de menos a más. Con un equipo que empezó metido atrás ante la esperada embestida local, pero con el paso de los minutos se fue soltando sin descuidar la parcela defensiva. Con la posesión mayoritaria de la pelota, el Athletic no lograba sin embargo generar peligro, de hecho solo probó fortuna con cuatro lanzamientos en los que apenas tuvo que emplearse Moyá. La Real, con menos, había hecho un gol y recibido otro por mala suerte tras un rebote. El equipo que sacó Garitano mostró tensión y garra, y con la frescura de cambios en la segunda parte, podía soñar con algo bonito.
La segunda parte fue una fiesta blanquiazul. La Real dio un paso adelante y a los dos minutos de la reanudación ya se adelantaba gracias a un tanto de Sangalli que hizo un partido enorme, como el resto de sus compañeros.
Hubo un gol más de nuevo de penalti, y Oyarzabal esta vez tampoco falló. 1-3 ganaron los de Garitano, al que no queda otra que felicitarle con mayúsculas.
Asier Garitano apostó de salida por Moyá; Gorosabel, Navas, Aritz, Kevin; Zubeldia, Illarramendi, Pardo, Sangalli, Oyarzabal y Bautista.
Como era de esperar, la Real no salía a la presión con la intención de esperar al Athletic. Tampoco sorprendió que los rojiblancos metieran un ritmo vertiginoso a los minutos iniciales.
A los cuatro minutos llegó el primer córner para los locales, pero el remate posterior de Raúl García se fue alto. La Real se dejaba dominar y al Athletic de Berizzo le gusta tener el balón y crecer a través del juego posicional, de ahí el reflejo de lo que se veía en el terreno de juego.
Los txuri urdin debían tener paciencia. El partido se presentaba intenso y largo, por lo que debía aguantar las embestidas de los bizkainos que eran dueños del balón, pero en algún momento lo lógico era que bajarán el pistón. Por el contrario, a la Real parecía que le quemaba la bola.
A medida que pasaban los minutos iniciales, los de Garitano comenzaron a despertar y a los 8 minutos se produjo la primera llegada a la meta de Unai Simón, pero acabó en un remate forzado de Bautista.
Los txuri urdin iban creciendo al darse cuenta de la importancia de no perder rápido la bola, y también lo fundamental de hacer posesiones largas. No hay que olvidar que el equipo que alineó de inicio Garitano era un equipo inédito marcado por las numerosas bajas.
En 16 minutos el Athletic ya había lanzado cuatro saques de esquina por ninguno de la Real. Llegaban fácil, pero lo bueno es que no remataban bien ninguno.
Pese al chaparrón, Moyá solo había tocado un balón. El conjunto bilbaino dominaba, pero no terminaba de hacer daño, y la Real se encomendaba a la tranquilidad para ir avanzando poco a poco. Óscar de Marcos vio la amarilla tras frenar en falta una buena jugada de Sangalli. Importante esa amonestación.
A los 21 minutos, un gran centro de Oyarzabal no pudo ser rematado por poco por Bautista. Simón empezaba a ver la cara de los blanquiazules.
Los siguientes minutos fueron de locos. Sangalli cayó dentro del área y un minuto después, el maravilloso VAR, mostró que había penalti al donostiarra y amarilla a Iñigo. A falta de Willian José el '10' de la Real, el deseado por el Athletic tomó la decisión de lanzarlo. No falló. Corría el minuto 30. En un partido que estaban dominando los bizkainos aunque sin hacer daño se adelantaban los blanquiazules. Otro partido la Real por delante. También fue amonestado Williams por protestar.
Pero la alegría duró un suspiro. 44 segundos concretamente. El Athletic sacó de centro y metió un centro desde la derecha que no lo logró despejar Aritz. El esférico le quedó muerto a Muniain, el rebote golpeó en Illarramendi y se coló en la meta de Moyá. No puede tener tanta mala suerte este equipo.
Se llegó al descanso con empate a uno en el marcador. Importante alcanzar los vestuarios sin ir en desventaja. El equipo fue de menos a más y la segunda parte se afrontaba con opciones. Los cambios podían ser claves.
La segunda parte empezó con un Athletic que quería arrancar con la misma idea del primer tiempo de presionar arriba, pero lo que se encontró fue a una Real más adelantada en todas las líneas.
Solo habían pasado dos minutos de la segunda parte, cuando Sangalli hizo el 1-2. Si en el primer tiempo el penalti llegó por penalti de Iñigo, este segundo gol vino precedido de un fallo de Yuri. Y es que la Real siempre tira... El fallo del zarauztarra lo aprovechó Zubeldia para llegar hasta la línea de fondo y centrar al punto de penalti, donde Sangalli remató para hacer el segundo de su equipo.
Importante saber manejar la ventaja y evitar lo de la primera parte. El Athletic se iba a volcar y había que aguantar como fuera. Era como entonar un 'Nessun Dorma' ('que nadie duerma') por todo lo alto. Había que estar más atentos que nunca. La presión de la grada, al colegiado y los balones aéreos iban a convertirse en una amenaza constante.
Los minutos iban pasando, y la Real se iba sintiendo cómoda sobre el terreno de juego, mientras que el Athletic comenzaba a jugar contra el crono y con los nervios. Moyá apenas sufría.
Asier Garitano introdujo el primer cambio al meter veteranía en el terreno de juego. Zurutuza saltó al verde en lugar de Rubén Pardo. Y cinco minutos después la Real volvía a hacer sangre. Gran pase de Oyarzabal a Bautista que se fue en carrera y fue derribado por Unai Simón, que ni siquiera protestó. El eibarrés volvía asumir la responsabilidad del lanzamiento, y tampoco falló. 1-3, ver para creer. Oyarzabal se agarró el escudo de la Real en medio de 'La Catedral' dejando bien claro que nadie le hará dudar de sus sentimientos azules y blancos.
Con el Athletic no se puede dar un partido por ganado hasta el pitido final, y menos en su estadio. Aduriz marcó, pero el tanto fue anulado por fuera de juego. Menudo susto.
Sandro entró por Sangalli y a falta de 5 minutos, Héctor Moreno por Oyarzabal para tratar de cerrar el partido. Quedaba muy poquito tiempo.
El árbitro pitó el final del partido con solo 4 minutos de descuento. El derbi vasco se lo llevó la Real que ya suma 11 puntos. Gracias chavales.
Terminó el partido con reparto de puntos en Donostia. La Real continúa sin perder en San Mamés en las últimas temporadas y demuestra que este año, de momento, se le da mejor jugar a domicilio.
Con motivo del parón de selecciones, los txuri urdin no volverán a jugar hasta el lunes día 22 de octubre, a las 21 horas contra el Girona de Eusebio Sacristán. Mucho tiempo sin fútbol, o viendo la botella medio llena... más tiempo para disfrutar de la victoria ante el Athletic que ojalá sirva de punto de inflexión para los siguientes encuentros. A los vecinos por el contrario les esperan unos días complicaditos, aunque si se tiene en cuenta que para ellos el derbi ante la Real 'solo' es un partido más, no se lamentarán mucho por esta derrota...
Hay un fin se semana largo para saborearlo... ¡Nessun Dorma!!! ¡No se duerman! Pero esta vez para celebrarlo!