Un derbi siempre es un derbi. Un partido especial aderezado en este caso porque la ilusión por alcanzar plazas europeas sigue viva, la séptima plaza también conlleva premio e Imanol Alguacil y la Real Sociedad lo saben perfectamente, al igual que la SD Eibar y José Luis Mendilibar. Encima ambas escuadras vienen de perder en la pasada jornada, no se van a regalar ni sonrisas.
Escasamente un punto separa a los dos clubes guipuzcoanos en la tabla cuando restan tan solo siete jornadas por jugarse. Eso, sin duda, aumenta la importancia y la necesidad de los puntos. Pero es que además el duelo ante los armeros tiene una muesca más como efemérides para el técnico oriotarra.
El entrenador txuri urdin debutó a los mandos del primer equipo el año pasado en un derbi que acabó 0-0. Eso sí. Aquel fue en Ipurua y el de este fin de semana se disputará en Anoeta. Es la primera vez que hará de anfitrión de los azulgranas en el estadio donostiarra.
Lo que seguro que no olvidará es que cuando los miembros del Consejo destituyeron a Eusebio Sacristán la temporada pasada, le dieron por primera vez la riendas de la primera plantilla a Imanol, que tomaba así la alternativa para trabajar en Primera división.
Los resultados le están acompañando, pero para continuar en la pelea deberá hacer frente a la habitual solidez de los conjuntos de Mendilibar que, a la chita callando, mantiene a los suyos a tiro de piedra de la zona con premio.
Será la quinta vez que estas dos escuadras se enfrenten en feudo realista en Primera División y hasta ahora hay un dominador claro. La Real Sociedad se ha impuesto a los azulgranas en tres de los cuatro partidos. Curiosamente sucede lo contrario en los derbis gipuzkoanos que se han jugado en Ipurua. La Real ha perdido en cuatro de las cinco visitas, la última de ellas en la primera vuelta.