Resumen de la 2018-19 (4): Los jugadores
La Real Sociedad ha completado una temporada irregular a la que no terminó de cogerle el pulso. La mejor noticia, el debut de nueve canteranos con el primer equipo, la llegada de Mikel Merino y el liderazgo de Mikel Oyarzabal. Entre los aspectos negativos, que los dos cedidos, Theo Hernández y Sandro Ramírez, no cumplieron con las expectativas. Este es el análisis de los jugadores:
Un año más, Rulli ha estado muy por debajo de su nivel real, aunque acabó mucho mejor de lo que empezó. Su comienzo de Liga fue terrible y Garitano tardó demasiado en enviarle al banquillo. Eso, como él mismo reconoció y como habría que haber intuido, le ayudó a mejorar, y en la segunda vuelta ha enseñado de nuevo las paradas que le convirtieron en el más que digno relevo de Bravo que demostró ser en sus dos primeros ejercicios en la Real. Y ha salvado puntos, que de eso se trata. Eso sí, las salidas, la dificultad que tiene en blocar la pelota y que sus despejes salen demasiado frecuentemente hacia el centro, le restan fiabilidad.
Ha sido una temporada extraña para Llorente. Se ha intuido por momentos que es el mejor central de la plantilla, asumiendo los galones que dejó tirados Iñigo Martínez con su huida a Bilbao, y de hecho su lesión en Leganés fue un drama que afectó mucho al equipo. Eso no impidió que Luis Enrique contará con el para la selección española incluso de baja. Apareciendo y desapareciendo, como buena parte de sus compañeros, se han echado también en falta sus goles, pero es fe los jugadores que ha dado un buen nivel cada vez que ha jugado.
A Zubeldia le esperaba una misión complicada esta temporada y las sensaciones han sido muy positivas. El debate de su compatibilidad con 'Illarra' no le ha pasado factura y el bajo nivel del capitán le ha hecho incluso sobresalir algo más. Indudable su capacidad de contención, que incluso le ha hecho jugar muy a gusto cuando las necesidades del guion le han obligado a actuar en el centro de la defensa. Es verdad que no es el centrocampista más dotado para jugar el balón, pero se ha convertido en un jugador mucho más importante de lo que se apuntaba al comienzo de la temporada.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 4.
Es posible que todo el mundo esperara bastante más de Héctor Moreno cuando llegó a la Real, quizá pensando que respondía al mismo perfil de central que Schürrer llenó en la Real subcampeona de 2003. Y no ha sido ese tipo de jugador, no ha cumplido en realidad el papel de veterano líder que tendría que haber jugado y no ha sido una referencia clara en el centro de la zaga. Cuando ha jugado, eso sí, no ha desentonado, eso es cierto, pero sin alardes. Por veterana, tendría que haber dado algo más. Y lo intermitente de sus apariciones tampoco ha ayudado a verle como un pilar en la zaga.
7. Juanmi (5)
Ha sido la temporada más gris de Juanmi desde que llegó a la Real, y tendría que haber coincidencia general en que no ha sido siempre culpa suya. Porque él, en realidad, ha cumplido. Sus cifras goleadoras, siendo menos espectaculares que en temporada anteriores, han sido correctas. Y lo que ha sorprendido es que, manteniendo su olfato, como se vio en su formidable gol en el Camp Nou, haya perdido el favor de los dos equipos técnicos en favor de la baldía esperanza que fue Sandro. La duda es cuánto de aquel ostracismo ha acabado de decidirle para dejar la Real, donde es cierto que nunca ha llegado a ser titular.
Es un muy buen fichaje para la Real, no hay otra manera de interpretar la temporada de Merino, incluso aunque haya tenido sus luces y sus sombras. Porque es verdad que no ha adquirido el papel que tendría que haber tenido en un centro del campo tan dubitativo durante toda la temporada y en el que nadie ha tenido la regularidad necesaria para considerarse imprescindible. Ha lucido de 8, donde quizá le ha faltado algo más de gol y de último pase, y también de 4 cuando las ausencias de 'Illarra' y Zubeldia le llevaron ahí. La próxima temporada tiene que dar un paso adelante.
La de Imanol Agirretxe va a ser siempre una de las grandes heridas de la historia reciente de este club. Esta temporada estaba llamada a ser la de su recuperación, pero su cuerpo se lo impidió. Arrancó la temporada, el 9 iba a ser suyo, pero la enésima recaída de la lesión que le produjo Keylor Navas en el Bernabéu le obligó a colgar las botas. No jugó ni un solo minuto, no pudo volver a volar para celebrar un gol, pero suyo fue el primero del nuevo Anoeta, en un emocionante homenaje, ante la nueva grada Aitor Zabaleta, y dejándonos con lágrimas en los ojos a todos los que tenemos la sangre txuri urdin. Qué pena dio su marcha.
De verle correr como pollo sin cabeza en el primer tercio de la temporada, porque trabajo nunca le ha faltado, a erigirse en la estrella con mayúsculas de este equipo. Qué manera de hacer que el peso del 10 en la espalda y el brazalete de capitán en el brazo no sea una rémora sino un acicate. Sus goles, cifra récord en su carrera y a la altura de los jugadores más elogiados y cotizados de Europa, son los que han hecho que la Real viva buena parte de la segunda vuelta sin preocuparse por la zona baja y soñando con opciones europeas. Es, a sus 22 años, el referente incuestionable de este equipo. Y con margen de mejora.
Qué lástima que un jugador de su calidad no se haya decidido a convertirse en una estrella que pudiera brillar con la misma categoría del Carlos Vela al que estaba llamado a suplir en el olimpo txuri urdin. Resulta curioso que Garitano, con su forma de entender a la Real, hubiera supeditado su éxito aquí a la buena estrella del belga, pero es cierto que la Real notó mucho, y para bien, su regreso tras la lesión con la que volvió tras el Mundial. Pero Januzaj, con sus momentos de brillo, no ha terminado de explotar, también por sus lesiones. Muy poco gol y menos influencia de la que tendría que tener.
Menos brillante que la pasada temporada, Moyá ha cumplido en todo caso con el papel encomendado. Cuando Rulli cayó a los infiernos, el balear estuvo listo pasa colocarse bajo los palos y cumplir. De hecho, el antecedente de la temporada pasada tendría que haber bastado para que Garitano confiara antes en él. Su lesión justo con el cambio de entrenador nos deja una de las incógnitas de la temporada, saber qué habría pasado si Imanol hubiera tenido que elegir desde el primer día entre Rulli y Moyá. Su veterana es de las que hacen falta, y más en un equipo tan joven.
Hace ya tiempo se acuñó aquello de que Zurutuza era el faro de la Real. Si él está bien, la Real también. Es difícil por tanto que se pueda evaluar de manera positiva el juego del equipo si Zurutuza es el decimocuarto jugador de la plantilla en minutos jugados. Muchas ausencias por diferentes lesiones y una intermitencia absoluta en su rendimiento. Pero sí, sigue siendo un jugador clave cada vez que pisa el campo, porque añade pausa y tranquilidad a un equipo que suele ser o muy timorato o muy deslabazado.
Siempre es una pena que un jugador con espléndidas condiciones físicas y técnicas no tenga la mente puesta en convertir esas cualidades en armas para ser un gran jugador de fútbol. Theo las tiene y, con cuentagotas, las ha demostrado en su estancia en la Real. Pero sus carencias defensivas, su dejadez en la marca y la autopista que los rivales han aprovechado por su banda han costado tantos puntos que resulta complicado quedarse con lo bueno para evaluar una cesión que ha sido catastrófica. Su actitud no ha parecido la mejor para ganarse la opción de quedarse aquí o la de volver al Real Madrid con opciones de ser alguien allí.
Quizá haya sido el peor ejercicio de Navas en la Real, con una intermitencia absoluta en las alineaciones que le han impedido coger la forma que le hubiera gustado y han propiciado largas ausencias en el equipo, no siempre por lesiones. El centro de la zaga ha sido lo más intermitente de la temporada, y eso hace que sea difícil medir la aportación de cada uno de los centrales. La de Navas, desde luego, ha parecido mejorable, y ahí puede estar la razón de que haya terminado la temporada casi sin jugar, solo 24 minutos en las siete últimas jornadas. Tiene que apretar los dientes y sacar galones para ser el que fue.
Cualquier juicio que se pueda hacer sobre Sangalli tiene que girar necesariamente en torno al ictus que sufrió. Un jugador que vuelve tan rápido después de algo así merece aplausos y el reconocimiento más sincero. El mejor Sangalli lo vimos, no obstante, antes de eso, en San Mamés. Y después aportando asistencias que pocos jugadores en el equipo han sido capaces de dar. A veces muy desaparecido en los encuentros, no va a tener fácil alcanzar un puesto muy protagonista en el futuro, pero da la sensación de ser de los que no se rinden, y jugadores así siempre hacen falta en una plantilla. Más aún si es de casa.
Nadie podrá quejarse de la actitud de Sandro, que lo ha dado todo en cada partido que ha jugado, pero es insostenible que un jugador cedido, llamado a reivindicarse personalmente y con el claro objetivo de mejorar lo que haya en casa, no haya sido capaz de marcar un solo gol en toda la temporada. Se le ha notado ansioso y tenso en cada partido, y hasta dejó aquel golpeo al suelo en el partido ante el Sevilla como muestra de lo que ha sido su actuación a lo largo de todo el curso. Es imcomprensible que durante algún tramo dela temporada la Real se planteara incluso la compra del futbolista.
Lleva tiempo sonando, de hecho fue Eusebio quien le dio la alternativa en el primer equipo con unos minutos en Copa, y Guevara sigue intentando asomarse al primer equipo. Las muchas bajas en el centro del campo le permitieron ser titular en Anoeta ante el Levante y disputó 90 minutos notables, dominando con mucho acierto su parcela y convirtiéndose en una alternativa más que válida para lograr más minutos. No los ha tenido este año, pero seguro que dará guerra la próxima temporada. Tiene hechuras para ello.
Aunque acabara lejos del once inicial, incluso de las convocatorias de Imanol, fantástica irrupción en el primer equipo la de Robin Le Normand, que desde el principio jugó con el aplomo de un veterano. De hecho, siendo justos, no dio ni una sola razón para volver al Sanse en ninguno de los partidos que disputó con el primer equipo. Seguro por alto, bien en el corte, con la suficiente velocidad para aguantar a delanteros veloces, tiene unas condiciones espléndidas. Si las sabe explotar y si se le da una mayor confianza, puede ser un central para muchos años.
La media hora que jugó ante el Espanyol no da para mucho, pero el nombre de Roberto López lleva sonando bastante tiempo, por lo bien que lo ha hecho en las categorías inferiores y porque es un jugador que han querido otros equipos de renombre, y hay muchas ganas de verle con los mayores. Tiene que ser uno de los nombres del futuro, y más teniendo en cuenta el déficit constante en el primer equipo de jugadores de sus características.
Deslumbrante e inesperada aparición, dio el salto al primer equipo sin pasar por el Sanse, lo que da una idea de las esperanzas que se tienen puestas en él. El desparpajo y la calidad que ha demostrado sobre el campo, lanzándose de cabeza a regatear a jugadores hasta del Real Madrid con la misma determinación que si estuviera en Segunda B en categoría juvenil, justifican que Imanol le diera un puesto fijo en el once al final de la temporada. Su debut goleador, la guinda a unos pocos partidos que han sembrado una semilla de esperanza que prolonga las sensaciones que Oyarzabal o Griezmann dejaron años atrás.
Solo un partido le ha bastado para convertirse en una opción más que sólida para el lateral diestro de cara a la próxima temporada. Jugó ante el Leganés y maravilló por su empuje ofensivo, que incluso le dejó muy cerca de debutar con gol. Mostró un físico excepcional durante los 90 minutos para subir y bajar la banda sin descanso, en la mejor tradición de la larga lista de laterales que ha ido sacando Zubieta en la última década. Sola es otra muestra más de que la cantera realista sigue produciendo en masa lo que en otros lugares solo sueñan.