Zurutuza le dio la 'vida mártir' al taxista
El viaje en taxi de la expedición de la Real Sociedad desde el aeropuerto de Málaga CF a Granada sigue dando mucho que hablar. Si el otro día recogíamos la experiencia contada por uno de los taxistas que transportó a tres jugadores txuri urdin, este martes en Radio Marca Donostia han hablado con Manolo Delgado, otro de los conductores que llevó a tres realistas hasta la ciudad nazarí.
Manolo cuenta que, cuando vio a los realistas en el aeropuerto malagueño, le "extraño" y pensó: "estos se han equivocado de campo, el Málaga está en Segunda División". Además asegura que tenía claro que ganaría la Real al Granada CF por una clara 'razón': "ten en cuenta que yo soy un tipo con suerte. A mí me tocaron los cupones y me faltó una estrella para ganar los 30 millones de euros en el Euromillones. Sabía que era imposible que la Real perdiera yendo conmigo".
Manolo Delgado recuerda que llevó a Zurutuza y "otros dos jovencitos más, uno con cara de niño -Remiro y Portu-", y cómo fue el trayecto: "Zurutuza, a la media hora de trayecto, ya me preguntó que si faltaba mucho". La distancia entre las dos ciudades es de unos 130 kilómetros. El taxista continuó contando que "iban viendo en la tablet el Villarreal con el Bilbao. Entonces vieron que había marcado un gol Sandro y uno de los dos de atrás se alegró bastante por Sandrito, y dijo: "ha metido gol Sandro", pero no sé cual.. el gol de Sandro les alegró bastante".
"Ellos iban concentrados, el carácter de aquí no es el vuestro, pero eso no significa nada, porque les hablaba y me contestaban. Entre ellos tampoco hablaban mucho", recuerda el taxista, que bromeó diciendo que "haber llevado a Portu por dos goles es barato. Lo que pueden hacer es invitarme allá a ver un partido con mi chiquillo, que mi niño es muy futbolero".
Manolo Delgado se quedó con las ganas de una camiseta. "Zuru me dijo que le pidiera al delegado de la Real la camiseta, y que le dijera que me lo había dicho el 'capi'. Yo era el único taxista que quedaba en la puerta. El delegado me dijo que me la daba en el campo, pero le dije que yo tenía que seguir trabajando, y me explicó que la vestimenta iba directa al campo, que ni siquiera pasaba por el hotel. Así que nada, que me inviten un fin de semana allá a ver un partido con el chiquillo y ya está".