Un protagonista del fútbol ya retirado y mítico exjugador de la Real Sociedad recordará como nadie este 28 de noviembre. Hablamos de Valeri Karpin y de su famosa expulsión en Riazor ante el Deportivo provocada por la propia grada. Una situación insólita que hoy en día es recordado como algo casi sin precedentes.
Todo se produjo durante el encuentro liguero entre Deportivo y Real Sociedad, que terminó en empate a dos goles. Durante todo el choque, la afición local no cesaba con el cántico 'Karpin muérete' cada vez que este entraba en juego o tocaba el esférico.
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Su entrenador, por aquel entonces José Mariá Amorrortu, decidió sustituir al estonio y este, como muestra de ironía, aplaudió mirando hacía el graderío mientras marchaba hacia el túnel de vestuarios. El árbitro interpretó como una mofa los aplausos del jugador txuri urdin y, sin pensárselo dos veces, lo expulsó, ante la atónita mirada de todos los presentes.
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El propio jugador describía lo sucedido días después de la siguiente forma:
"En Riazor descubrí que un árbitro puede llegar a ser hasta cómplice de la violencia en el fútbol. Y es que en el estadio del Depor me cantaron durante todo el partido ‘Karpin muérete’. Con buen hacer, temple e inteligencia, puedes intentar que estos violentos reciban un aprendizaje de ‘fair play’ y les dediqué un saludo de paz y no de guerra. Es un granito de arena para que el ‘fair play’ se imponga en el fútbol y no gane la violencia, los racimos y todo lo que es el antideporte.
Pues bien, he aquí un árbitro que, olé sus… dice también ‘Karpin muérete’ y me echa del campo. Viva el ejemplo de este tío que da alas a los violentos. Así dentro de poco tendremos que admitir que la libertad de expresión pueda ser socialmente delictiva. Que se pueda decir con la boca llena ‘que violen a tu hija’ o ‘que revienten a tu mujer’. Yo creo que los arbitrajes no deben ser un canto al fútbol muérete", concluyó.