El próximo jueves se cumple un año del cese de Asier Garitano como técnico de la Real Sociedad. Doce meses que han dado para mucho, la mayoría bueno, en las filas del equipo txuri urdin, que en este tiempo ha pasado de prácticamente flirtear con el descenso a codearse con la aristocracia de LaLiga Santander optando firmemente a alcanzar una plaza euopea incluso de Champions.
Garitano dejó la Real después de un mes de diciembre horrible que condenó a los donostiarras. Cuatro derrotas consecutivas frente a Betis, Valladolid, Getafe y Alavés condenaron al de Bergara. Curiosamente, el equipo que 'cortó' el pequeño hilo que le mantenía en el cargo sería el siguiente destino del técnico guipuzcoano.
La Real pasó aquellas Navidades con 19 puntos, solo tres más que el Athletic Club que marcaba el descenso, y en vísperas de un inicio de año que no invitaba al optimismo en el Santiago Bernabéu.
Aquella visita al coliseo blanco, sin embargo, fue el punto de inflexión del conjunto txuri urdin. El 0-2 logrado en el debut de Imanol cambió la cara a un equipo que desde entonces no ha parado de crecer. El paréntesis de fin de año va a ser muy diferente con una Real instalada en la quinta plaza -con 12 puntos más que entonces- y una afición a la que sus jugadores le han animado a que sueñe en grande en un 2020 que se presenta ilusionante.