El Consejo Superior de Deportes (CSD) anunció este lunes un acuerdo con LaLiga y la RFEF para la vuelta a los entrenamientos de los equipos. Un plan de actuación sobre la situación general de presente y de futuro en la que está inmerso el fútbol por la pandemia de coronavirus y que permitirá ir recuperando la 'normalidad'. Eso sí, sin fecha fija aún y a la espera de conocer la evolución del virus y las decisiones del Gobierno en materia de confinamiento. Es decir, se reanudará con el mismo protocolo con el que se disputó el último encuentro de LaLiga disputado hasta la fecha, el SD Eibar-Real Sociedad en Ipurua. Sin público, con el personal mínimo y a puerta cerrada.
En aquel encuentro se podía escuchar todo. Las órdenes de los entrenadores, tanto Imanol Alguacil como Jose Luis Mendilibar, los gritos de los futbolistas, los pitidos del árbitro... pero no hubo sonido alguno para los goles, dos por parte de la Real y uno de los armeros. Tampoco los cánticos de las aficiones. Otro fútbol.
Sobre el mencionado acuerdo ha hablado Irene Lozano, secretaria del Estado para el deporte, en TVE para explicar un poco más cómo ha sido ese acuerdo entre LaLiga y la RFEF. "Nos hemos comprometido a reanudar los entrenamientos con vistas a terminar la temporada. La situación y los datos nos indican que podrá hacerse pronto, pero las fechas no están cerradas", anunció Lozano que añadió, ante la preocupación de los futbolistas, los protocolos serán seguros y no cree que los partidos se puedan jugar a puertas abiertas hasta que no haya una vacuna. "Los protocolos serán rigurosos y seguros para que los futbolistas puedan sentirse seguros. Parece bastante complicado que podamos ver congregación de grandes masas, de decenas de miles de personas, en los estadios de fútbol probablemente hasta que haya una vacuna", añadió.
El último ejemplo en el fútbol español fue el SD Eibar-Real Sociedad del pasado 10 de marzo. Aquel día en el estadio de Ipurua no hubo aficionados.
La única presencia de personas en el estadio armero correspondía a jugadores, empleados del Eibar encargados del mantenimiento del estadio; también alguno de la Real acompañando al equipo txuri urdin; personal sanitario o representación institucional de ambos clubes.
Juno a los miembros de seguridad privada, estaría la policía, pero obviamente en un número mínimamente inferior a un día normal. Completaría la presencia en los estadios un dispositivo amplio para la retransmisión del encuentro por televisión, que dependeríadel número de cámaras por encuentro.
Completan la nómina de personal en el campo, los árbitros y los asistentes del VAR. En total, unas 250 personas que serán testigos de los encuentros más extraños en la historia de la Real hasta que la vacuna o las autoridades sanitarias así lo indiquen.