Siempre se ha dicho que uno debe ser fiel a sí mismo. Mejoras y pulir algunas cosas, pero sobre todo mantener siempre una personalidad. Álvaro Odriozola la tenía muy definida cuando dejó la Real Sociedad para fichar por el Real Madrid. El donostiarra salió de las disciplina txur urdin siendo un jugador de banda que destacaba por su velocidad y explosividad. Contaba con una gran profundidad para llegar al área contraria, una buena técnica y metía centros al área de enorme calidad. Quizás su mayor 'pero' estaba a la hora de defender, algo que su juventud le permitía mejorar.
Desde entonces han pasado dos temporadas, y el futbolista no ha podido brillar en el conjunto blanco. Ha sido sustituto de Carvajal, y en las ocasiones que le ha tocado jugar no ha tenido excesiva suerte. La puntilla fue quizás la expulsión de Mallorca, donde el Real Madrid terminó perdiendo además ante un recién ascendido.
El conjunto de Zidane decidió cederle y en el mercado de invierno se marchó al Bayern, donde ha tenido un papel muy poco relevante. Esta situación le hizo a la entidad presidida por Florentino Pérez plantearse bien una venta o una nueva cesión, pero la salida de Achraf al Inter volvía a dejarle una puerta semiabierta para quedarse, como así sucederá finalmente. Pese a que clubes como el Sevilla FC o el Getafe han mostrado interés en el exjugador de la Real, finalmente el lateral de 24 años acompañará a Carvajal en la 20-21.
El jugador además se reivindicó este pasado sábado con una buena asistencia en el partido que disputó el Bayern de Munich en la Champions contra el Chelsea. Fue una jugada 'made in Odriozola' de marcharse en velocidad por su banda y centrar al área para que Lewandowski solo tuviera que empujarla al fondo de la red. Había saltado al terreno de juego en el 71' por Kimmich y aprovechó la oportunidad. Esta vez sí, la personalidad del guipuzcoano fue artífice de una jugada con final feliz.