Los campeones se reconocen entre ellos: el sentido abrazo de Oyarzabal y Ter Stegen

La primera semifinal de la Supercopa de España acabo siendo algo más que un partido entre la Real Sociedad y el FC Barcelona. Y es que el encuentro acabó dejando un duelo personal entre dos titanes, dos campeones: Mikel Oyarzabal y Marc André ter Stegen. El delantero txuri urdin y el portero blaugrana se midieron en diferentes ocasiones aunque el premio gordo se lo acabó llevando el alemán. Los de Ronald Koeman pasaron a la final gracias, principalmente, a sus paradas imposibles y su acierto en la tanda de penaltis. Un acierto que, precisamente, le fue esquivo al futbolista eibarrés.

Y eso que Oyarzabal comenzó ganando en la pugna particular. El delantero asumió la responsabilidad de ejecutar un penalti cuando la Real Sociedad estaba por debajo en el marcador. Mikel, especialista desde los once metros, que hasta entonces aún no había fallado ningún penalti en su carrera, tampoco perdonó en la primera mitad. Los de Imanol Alguacil devolvieron el empate en el marcador, el cual no se rompería durante los minutos reglamentarios. De este modo, la semifinal de la Supercopa se marchó a la prórroga.

Y en el tiempo extra tampoco se deshizo el empate, aunque tampoco fue por falta de ocasiones. Las mejores, de hecho, las tuvo la Real Sociedad. Y, para sorpresa  de nadie, ter Stegen las desbarató una a una. Así las cosas, llegó la tanda de penaltis.

Oyarzabal y ter Stegen: los campeones se reconocen entre ellos

Jon Bautista falló el primer lanzamiento, y Frenkie de Jong hizo lo propio con el suyo. Aquí no ha pasado nada. Mikel Oyarzabal cogió la pelota para ejecutar el segundo, con sabor a primero. Y ahí Marc André ter Stegen se hizo grande. El eibarrés se topó con el alemán, que se proclamaría como héroe de la tanda y del encuentro.

Eso sí, cuando dos campeones se encuentran en el terreno de juego se reconocen el uno al otro. Y así lo hicieron, durante y tras el partido. De hecho, cuando la RFEF se encontraba charlando con ter Stegen, Oyarzabal enfilaba hacia fuera desde el túnel de vestuarios y se topó con él. Ambos se fundieron en un sentido abrazo en el que ambos reconocían la valía de su rival. Un abrazo que reflejó, en un solo instante, todos los valores del deporte de élite. Solo queda aplaudir ante estas dos figuras.