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La 'ópera bufa' protagonizada por Pizarro Gómez

Expandir v
Periodista: Real Sociedad, libros y Praga.

Dicen que cuando alguien tiene mala conciencia le suele costar dormir. Si es así, seguro que el árbitro que ha dirigido el partido de la jornada 30 de LaLiga Santander en Mestalla no va a pegar ojo en toda la noche. Y es que Pizarro Gómez desesperó al santo Job. Fue una metralleta a la hora de sacar cartulinas, y cuando realmente debió hacerlo se le debieron quedar las tarjetas pegadas al bolsillo. Desesperante, desquiciante y horroroso.

Y es que la Real Sociedad perdió la ventaja de 0-2 con la que llegó al descanso, y no precisamente porque el conjunto txuri urdin bajara los brazos en el segundo tiempo o porque decidiera dar un paso atrás. Nada más lejos de la realidad. De hecho dominaron en la segunda parte y pudieron aumentar su renta. Pero el trencilla tenía ganas de marcha.

Carlos Fernández, durante el Valencia-Real Sociedad (Foto: LaLiga).

Sin entrar a valorar el penalti del primer tiempo de Gorosabel, lo de la segunda ya fue una ópera bufa. Mostró 14 cartulinas en el partido, una de ellas doble a Maxi Gómez... por protestar. Sin embargo la segunda a Paulista por una entrada brutal a Carlos Fernández se quedó en nada. Hubiera sido la segunda al jugador del Valencia CF, que incluso al término del partido reconoció que pudo ser expulsado.

Sin embargo, poco después sí fue sancionado Nacho Monreal por una falta mucho menos. Incluso en el primer tiempo se revisó una entrada de Le Normand que no había sido sancionada ni con falta por si era roja. Paulista era 'inmune' en esta partido.

Por otro lado el primer gol de los locales llegó por un penalti de Carlos Fernández sobre este mismo jugador. Un presunto pisotón en una jugada en la que ya había salido el balón. Y el 2-2 definitivo lo logró Paulista, menuda tardecita, en un córner cuando ya debía estar expulsado, y en una jugada en la que se había cometido falta antes sobre Le Normand. A Isak le cosieron a faltas e incluso le hicieron un penalti parecido al que decretó de Carlos Fernández que no fue ni revisado. Es más, el sueco vio luego amarilla por protestar. Una ópera bufa de Pizarro Gómez que se cargó el buen trabajo de la Real Sociedad en un partido importante de cara a las aspiraciones europeas.

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