Robert Navarro llegó a la Real Sociedad con 17 años. Un jugador que a pesar de su juventud había pasado ya por Tajonar, La Masía y Mónaco, último club antes de recalar en el conjunto txuri urdin. Desde muy pequeño tuvo que estar alejado de su familia, lo que fue muy duro para él. También le sirvió de aprendizaje y para madurar antes que otros futbolistas.
Durante su estancia en el filial del FC Barcelona coincidió con Kubo, que ya desde entonces apuntaba maneras como jugador y como 'personaje'. En esta tercera parte de la entrevista recordamos con Robert Navarro su trayectoria, y nos habla de sus manías antes de entrar al campo, de la figura de su padre, y desvela si tiene algún mote en el vestuario.
* Puedes ver también esta parte de la entrevista (3/4) en el vídeo de la parte superior de esta noticia.
- En breves pinceladas cuéntame algo de cada una de tus etapas: Tajonar, La Masía y Mónaco antes de llegar a la Real.
- A Osasuna llegué muy joven. Mi profesor de educación física era entrenador de Osasuna, me vio y me llevó allí a hacer las prácticas con año menos, y me cogieron. Para mí fue algo increíble porque estar en Osasuna, que mi padre había jugado allí, me hacía mucha ilusión. Estaré siempre agradecido porque se puede decir que fueron mis primeros años en el fútbol en un equipo profesional. Esos dos años en Tajonar me hicieron mejorar y dar el paso a fichar por el Barcelona.
Yo nací en Barcelona, toda mi familia por parte de madre son de allí, y estuve cinco años en el Barça. Hay una cantera también increíble que me ayudó a mejorar mucho mi estilo de juego. Recuerdo que medio año me hicieron jugar a dos toques para involucrarme en cómo es el juego del Barcelona de más toque, más pausa... contento de como me ayudaron todos los entrenadores que tuve y los compañeros, pero luego tuve que salir a Mónaco por distintas situaciones que hubo, y allí también muy bien.
El primer año yo iba para el filial a hacer la pretemporada y jugar con el juvenil, y al final empecé la pretemporada con el primer equipo, le gusté al entrenador, y me dejó quedarme con ellos. Fue una cosa única porque con 16 años estar con jugadores como Falcao, Fábregas, Jovetic... saqué una experiencia muy buena de allí. Después de ese año el equipo no estuvo bien, casi desciende, la situación del club cambió mucho y no querían gente tan joven. Entonces me llamó la Real tras de un buen Europeo con la selección, y dije ¿por qué no? Me gustó mucho el proyecto y me convencieron. Así hasta día de hoy que va a ser mi cuarto año.
- ¿El hecho de estar solo desde tan pequeño fue muy duro?
- Sí, sobre todo el primer año. En mi caso tuve la suerte de tener a mis abuelos allí, en Barcelona, a mis tíos, pero había gente con casos como pueda ser el de Gavi ahora en el Barça que tienen que dejar a sus familias lejos cada fin de semana, Andalucía por ejemplo, y se hace muy duro. Lloraba cada fin de semana cuando se iban, pero lo repetiría. Es una experiencia única que te puede salir mal o bien, pero yo intenté trabajar al máximo para que saliera bien y es algo que me ha ayudado a ser como soy hoy en día. Aprendes de diferentes culturas, de mucha gente, y algo que repetiría 100%.
- Entiendo que todas esas experiencias también te habrán hecho madurar antes.
- Así es. Ha sido algo que me ha hecho madurar antes porque es duro estar lejos de tus padres. Yo, que ahora tengo primos de 10-11 años, recuerdo que le dije una vez a mi madre: ¡jo, y con esta edad yo me fui!'. No me lo creía. Pero agradecerles también a mis padres, a mis abuelos y a toda la gente que me ha ayudado mucho.
"Estar fuera desde tan pequeño ha sido algo que me ha hecho madurar antes, porque es duro estar lejos de tus padres"
- Coincidiste con Take Kubo en La Masía. ¿Era desde entonces ya tan ‘personaje’ como dice Brais Méndez?
- Es un personaje, pero ya lo era allí. Yo he pasado tiempo con él porque además éramos los dos de media pensión. Pasábamos todo el día en La Masía y luego nos íbamos a dormir a casa. Sí que es verdad que él es un año más y entonces entrenaba con otro equipo, pero pasábamos todo el día juntos, luego en clases... mucho tiempo. Desde el primer día que llegó a la Real ya estuvimos hablando por teléfono. En el día a día tenemos una relación muy buena, nos llevamos muy bien, y en el campo nos asociamos bien porque jugar con él es muy fácil.
- Da la impresión al menos desde fuera que es fácil jugar en este equipo por lo bien que os asociáis y cómo se adapta un jugador cada vez que entra.
- Es que son muy buenos. Entras y te lo ponen todo fácil, pero también son los primeros que te quieren apretar y ayudar. Lo cierto es que los veteranos nos ayudan mucho a los jóvenes. Se agradece que se porten así con nosotros.
- Tu padre fue futbolista, ¿te sigue dando consejos?
- Me ha ayudado mucho. Creo que una parte importante de que hoy esté aquí es gracias a mi padre. Le estaré siempre agradecido. Aunque a veces también estuviera muy enfadado con él me ha hecho ver todo lo que me faltaba y todo lo que me falta. Me sigue apretando mucho en el día a día, pero ya es distinto. Yo también soy más mayor y la relación es mucho mejor. Me ha ayudado a ser el jugador que soy ahora y le estaré siempre agradecido. Es mi padre, alguien en el que voy a fijarme siempre.
- ¿Tienes alguna manía antes de salir al campo?
- Suelo saltar con la pierna derecha dos veces. Manías para entrar al campo solo esa. Intento no ser muy maniático, pero hay cosas que se te quedan si están yendo bien, y soy de los que si algo va bien, prefiero no cambiarlo.
- ¿Tienes algún mote?
- No, con el único que a veces me vacilan es con 'Ney', de Neymar, pero en plan cariñoso.
- Te libras de la pregunta de la renovación porque tienes firmado hasta 2025...
- Estoy muy tranquilo. La verdad es que no es algo en lo que piense. Estoy muy tranquilo, muy contento de como me está yendo este año, pero toca seguir trabajando, mejorando, y no es algo en lo que piense en estos momentos.