Imanol Alguacil lo tenía claro en la previa del partido ante el Valencia: "Es mañana, el momento, el día, a las 22 horas, y el que mejor entre al partido, el que acierte en los detalles, seguramente se lleve el partido y ojalá que seamos nosotros". Y a los tres minutos llegó el 1-0 por medio de André Silva, una de las novedades de la alineación.
Con casi todo el encuentro por delante, pero el primer paso estaba dado. La diana la logró un jugador que vino para marcar diferencias en ataque, y que hasta ahora ha pasado con más pena que gloria por el conjunto txuri urdin. El portugués llegó lesionado a la Real, y le costó entrar en el equipo. Los problemas físicos le han acompañado durante gran parte del año, y después le ha faltado tener continuidad.
Tres goles había anotado hasta la fecha, uno en Copa y dos en LaLiga. Sus cifras hacen pensar que el curso que viene volverá al Leipzig cuando acabe la cesión, pero el propio André Silva se reivindicó recientemente en una entrevista en el diario AS: "Me he sentido muy bien y me gustaría (seguir), pero lo que más me gusta es jugar y ser importante para el equipo. Aún estoy convencido de que va a ser así".
André Silva había anotado hasta la fecha tres goles, y todos ellos los había marcado lejos del Reale Arena. El de este jueves frente al Valencia ha sido el primero delante de los aficionados txuri urdin, y ha llegado en la jornada 36.
El delantero portugués anotó de cabeza, uno de sus fuerte, tras recibir una asistencia de Take Kubo que también volvía a la titularidad.