Imanol Alguacil avisaba en la previa del grave problema que tiene el fútbol con los ultras. Y el partido de este jueves en el Reale Arena es la enésima muestra de ello. Centenares de radicales del Anderlecht llegaron a Anoeta custodiados por la policía tras cruzar por el centro de San Sebastián. Sus insultos a la llegada del feudo realista ya vislumbraban lo que iba a pasar dentro.
A la media hora de partido, el Reale Arena reprobó la actitud del sector visitante. Los ultras del equipo belga lanzaron objetos, entre ellos algunas de las butacas de dicha zona del estadio donostiarra.
Segundos más tarde, la Real Sociedad veía como su rival equilibraba el encuentro para minutos más tarde culminar la remontada momentánea. El colegiado del encuentro, Marian Barbu, tuvo que parar el encuentro. Los jugadores del Anderlecht tuvieron que mediar con sus ultras ante la pitada general del público realista. El juego se reanudó minutos más tarde.
Las imágenes de los jugadores visitantes pidiendo calma a sus ultras hablan por sí solas. Tras los recientes y lamentables hechos vividos en nuestro país durante el pasado derbi madrileño, este jueves fue le tocó sufrirlo a la afición de la Real Sociedad.
@ertzaintzaEJGV #Anoeta @diariovasco @berria @naiz @EnekoGoia #realearena donde estáis? Podéis expulsar a esta escoria del campo pic.twitter.com/nEoX7RKUst
— J.Canseco (@lucrocesante) October 3, 2024
El trencilla activó el protocolo, y tras el aviso desde los videomarcadores del feudo txuri urdin, el encuentro se reanudó. Los objetos lanzados cayeron sobre un córner en el que se encuentran centenares de aficionados locales. Cabe destacar que dicha zona en la que se encuentran los aficionados radicales del Anderlecht cuenta con una red de seguridad, por lo que se entiende que han debido romperla para así lanzar asientos a los seguidores realistas. Sin duda, un nuevo triste episodio protagonizado por un grupo ultra en el fútbol.
La Real Sociedad informó al descanso de los destrozos que ha causado la afición visitante en el Reale Arena. Los ultras del Anderlecht rompieron una pantalla de metacrilato, lanzaron asientos y los aficionados realistas afectados solicitaron un cambio de zona que fue facilitado por el propio club. Dos detenidos al descanso con la brigada móvil presente en dicho sector.