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Real Valladolid
2-2
Numancia

La ansiedad pucelana minimiza a Roger

Ángel Velasco B.

El Real Valladolid regresaba al estadio José Zorrilla después de la victoria (0-1) en San Mamés y tras el duelo ante la Ponferradina. En el último partido como local, los de Miguel Ángel Portugal vivieron un derbi regional que no dejó grande sensaciones y sí unas declaraciones explosivas del presidente. El enfado de Carlos Suárez tras el empate ante los bercianos se vio frenado con la victoria en Bilbao. En un escenario inmejorable, los pucelanos crearon un punto de inflexión al que se debían de agarrar ante el Numancia pero que no consiguieron hacer fuerte en un partido que pese a comenzar con un tempranero gol de Roger Martí, nunca consiguieron dominar los locales como busca el cuerpo técnico.

 
Los visitantes se harían con el balón en los últimos minutos de la primera parte y ya no lo soltarían hasta el final del partido. Con el dominio numantino, el Pucela se sumaba a la velocidad, al uso de los espacios y al juego vertical. Si a este reparto claro de papeles se añade la locura de todos los enfrentamientos entre sorianos y vallisoletanos, la segunda parte tuvo la tendencia esperada. Velocidad en el juego, ocasiones en ambas áreas, intercambio de goles entre unos y otros y mucha intensidad. El que mejor leyera el encuentro se impondría en la pelea por los puntos. Si se imponían los nervios, nada sería previsible, como en muchos de estos duelos.

El dominio de los espacios

Miguel Ángel Portugal quería empuje en los primeros minutos del partido. Buscaba el protagonismo blanquivioleta. Desde su llegada ha querido y ha potenciado que el Pucela tenga fuerza y presencia ofensiva desde el pitido inicial. En muchas ocasiones lo ha conseguido y ante el Numancia se firmaría uno de los partidos con mejor arranque. A los pocos minutos del comienzo, Roger adelantaba a los pucelanos en una demostración de cómo tiene que jugar este equipo. Velocidad de juego, balones a los espacios y constantes ataques pucelanos. El Real Valladolid atacaba con fuerza en los primeros minutos del partido. Con potencia y calidad intentaban intimidar a un Munir que no sólo tuvo que trabajar en el gol.
Acciones de Juan Villar o Vincenzo Rennella mostraron el potencial ofensivo de un equipo que comenzaba mandando. El Real Valladolid era el dueño del balón para generar un juego vertical y profundo que tenía al '7' blanquivioleta como gran beneficiado. El ímpetu del onubense servía al Pucela para intimidar a un Numancia que tuvo que esperar hasta que Julio Álvarez se puso manos a la obra y dominó el partido.
Con un disparo lejano de falta, que se marchó alto por pocos centímetros, el centrocampista venezolano hizo acto de presencia en el encuentro. Con su aparición, los visitantes dominarían el juego y la posesión. Se cambiaron los estilos y el final de la primera parte terminaría con mucho peligro visitante. Los de Jagoba Arrasate probaban el estado de forma de Kepa Arrizabalaga. El meta vasco del Real Valladolid superó con nota las primeras pruebas pero justo antes del descanso llegó el final de su racha. Callens aprovechaba una indecisión pucelana en el área y empataba el partido en una acción llena de polémica y con Nikos Karampelas tendido sobre el terreno de juego.

513 minutos

Con el tanto del central peruano, Kepa cerraba una racha de imbatibilidad casi histórica. Tras cinco encuentros consecutivos sin recibir un gol, el último tanto que encajaba el equipo blanquivioleta se remontaba al 9 de enero. Aquel día, en el duelo ante el Elche, el cancerbero vasco encajó en el minuto 69. Desde entonces el Pucela había solventado todas las acciones defensivas. Intentando llegar a ser histórico, el portero cedido por el Athletic Club dejaba su marca en 513 minutos. La exigencia del partido obligaría al Pucela no solamente a asimilar ese gol de Callens sino a asumir la remontada numantina y trabaja para superarla.

Roger manda en la locura

La tendencia con la que terminaba la primera parte, se prolongó en el inicio del segundo acto. La inercia positiva de los sorianos mostraba un dominio mayor de los visitantes también en la reanudación. Los de Arrasate dominaban el juego y, con él, se adelantaron en el marcador. Un nuevo desajuste del Real Valladolid en el área dejaba en bandeja el gol a Marc Pedraza. El centrocampista numantino hacía real en el marcador la superioridad visitante en el juego. Los de Portugal estaban demasiado abiertos y con mucha distancia entre sus líneas. La necesidad de la victoria generaba problemas de ansiedad en el equipo blanquivioleta.
El equipo no sabía leer el partido y Álvaro Rubio, primero, y Manu del Moral, después, tuvieron que saltar al terreno de juego para dar un poco de fútbol y sosiego al dominio del balón. Con el riojano en el centro del campo, en su partido 300 con el Real Valladolid, y la entrada de Manu del Moral en el último cuarto, el Real Valladolid mejoró y mucho. Empató el partido con otra muestra del poder ofensivo de Roger Martí y generó ocasiones para ganarlo.
Un tanto anulado a Juan Villar o una ocasión clarísima de Guzmán Casaseca fueron las opciones de victoria de un Real Valladolid al que se le hizo el partido corto pero que sigue mostrando tantos puntos débiles como fuertes. A la demostración clara de que el equipo tiene un gran potencial goleador hay que restar la debilidad mental que muestra el equipo. Los de Portugal parecen no saber manejar los nervios ante las complicaciones del partido. Ante el Numancia, el inicio del encuentro obligaba a una lectura que no supieron hacer y que el Real Valladolid paga con la pérdida de dos puntos.

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