La tensión que vive actualmente el Real Valladolid es alta. No puede fallar como tampoco lo podía hacer durante la temporada 2011/2012 cuando, dirigidos por Miroslav Djukic, los pucelanos disputaban una batalla cada fin de semana. No podían fallar. De hacerlo el Deportivo de la Coruña o el Celta de Vigo se distanciaban en la pelea por llegar a Primera división. De esta forma, la victoria (3-0) del Real Valladolid en la última visita oscense al estadio José Zorrilla regaló a los pucelanos la oportunidad de vivir durante una semana en la zona de ascenso directo.
Una solvente actuación blanquivioleta, que encarrilaba Óscar González con un tanto a los cinco minutos de partido, tendría en Alberto Bueno a su gran estrella. El hoy jugador del Oporto anotaba dos goles, uno al final de la primera parte y otro en el comienzo del segundo acto, para dejar impuesta la tranquilidad que necesitaba un equipo que vivía con tensión todos los encuentros. La liberación fue tal que el cuerpo técnico pudo administrar la carga de trabajo en los jugadores más importantes y permitir participar a jugadores secundarios.
Víctor Mongil tenía minutos, Javi Guerra descansaba más de media hora y Nauzet Alemán y Sisi González se repartían para no jugar el encuentro completo. El Pucela dominaba las circunstancias del partido y sumaba tres importantes puntos el 14 de abril de 2012. Esta victoria, sumada a la derrota (2-3) del Celta de Vigo al día siguiente en el duelo gallego ante el Deportivo en el que Borja Fernández fue protagonista al hacer el gol de la victoria en el tiempo de descuento, colocaba a los blanquivioleta en un puesto de ascenso directo que no supieron mantener en el tramo final de la temporada.
El rival, una Sociedad Deportiva Huesca que peleaba por no descender a Segunda división B, y que había cerrado la llegada de Carlos Lázaro pocos días antes, formaba con un once titular en el que se encontraban dos futuros fichajes del club vallisoletano. Lluís Sastre y Omar Ramos trabajaban en la propuesta inicial de Quique Hernández. Canario y mallorquín pisaban el estadio José Zorrilla por última vez. La siguiente ocasión sería en su presentación como jugadores vallisoletanos en una etapa sin mucha suerte para ellos, no como la que viven ahora en las filas del Club Deportivo Leganés, el líder de la categoría de plata.