Que la relación entre Nacho Martínez y Luis César Sampedro no terminó bien la pasada temporada era conocido. El técnico gallego dejó varios meses al lateral izquierdo fuera de las alineaciones e incluso de las convocatorias. Ambos nunca quisieron pronunciarse demasiado al respecto. Sin embargo, este miércoles, el jugador del Real Valladolid se sinceró en una entrevista concedida a Radio Marca Valladolid.
"Fueron tres meses fatídicos. Mi cabeza dio muchas vueltas. No lo entendí en ningún momento. Busqué hasta debajo de las piedras y no encontré ni aún he encontrado una respuesta", dijo un jugador que reconoce que intentó ponerse "en la situación de todas las partes. Pienso que no le caía mal. No sé de qué manera se pudo influenciar o no de los pensamientos de otras personas".
Nacho aseguró que le "habría encantado que hubiese hablado conmigo, aunque fuera en el último momento antes de irse, y que hubiera sido sincero para decirme los motivos. Creo que soy una persona con la que se puede hablar. Nunca le puse una mala cara; nunca estuve en contra de él, ni mucho menos. Somos hombres y pudimos decirnos las cosas a la cara perfectamente. Eso es lo que eché en falta. A lo mejor un día vio un gesto que pudo sentarle mal y yo no fui consciente... Fui a hablar con él una vez en Navidad, cuando supe que iba a venir otro lateral izquierdo, y le pregunté si seguía contando conmigo. Me dijo que sí y que no tenía ningún problema. A partir de ahí, todavía fui menos convocado. No sé qué razón tendría y creo que nunca la sabremos".
"Me habría encantado que Luis César hubiera sido sincero conmigo"
Una situación que califica como uno de sus "peores momentos en mi carrera". Ahora, el jugador es positivo y cree que todo esto le "sirvió de mucho. De todo se aprende. Nunca me di por vencido. Cuando más jodido estaba, más trabajaba. Le estaré eternamente agradecido a Sergio. Tanto yo como Míchel o Toni estábamos en el olvido y trabajando en la sombra".
Y es que considera al actual entrenador blanquivioleta fue pieza fundamental para que todo cambiara: "El equipo había llegado a su límite. Tocó una tecla mágica y, de repente, activó algo que teníamos dormido. No hizo grandes cambios en el once, pero la convivencia se hizo más llevadera y cogimos más confianza". Ahora, "la clave es que somos un bloque, un equipo de 11 luchadores que se llevan bien entre ellos y saben a lo que juegan".
Nacho Martínez tuvo tiempo también para repasar el golazo que marcó contra el Levante UD: "Meto pocos, pero, cuando meto, se ven", dijo el protagonista, que además explicó algo gracioso al respecto: "Míchel y yo estuvimos ensayando toda la semana y no salía. Solo salió una vez y la pegué mordida... Antes del partido, el analista del Club, Dani, me dio la enhorabuena por el gol. Me dijo que iba a salir. Después del partido le di un abrazo".
El madrileño reconoce estar feliz en Valladolid: "Aquí estoy contento. Miguel Ángel Gómez me llamó a su despacho y fue la primera piedra para renovar, pero de momento se ha quedado ahí. Creo que el acuerdo es fácil y puede darse, pero de momento el acercamiento es pequeño".