El gran protagonista, sin lugar a dudas, de la primera victoria del Real Valladolid en la Copa del Rey fue Daniele Verde. El futbolista napolitano, que comenzó a dar que hablar tras el partido ante el RCD Espanyol, volvió a ser de suma importancia frente al RCD Mallorca.
Dos auténticas maravillas creadas por sus botas le dieron al Pucela un triunfo con el que disputará la vuelta en el Nuevo Estadio José Zorrilla con la mente y el juego más calmados. Dos zurdazos que demuestran que, una vez que ha cogido confianza, Verde no está dispuesto a dejar de marcar. Dos golazos que dejan el nombre de este italiano de 22 años en boca de medio país -y en los oscuros pensamientos de la afición bermellona-.
Y, porque no sólo de goles vive el hombre, Daniele Verde también demostró que sabe conducir el balón a gran velocidad, dejar sin cintura a los zagueros rivales en un intento por atraparlo, o colgar un balón al corazón del área con la misma puntería con la que dispara a portería.
Siempre que tenga la oportunidad, este jugador nacido en Nápoles y criado en las categorías inferiores del AS Roma, va a querer demostrar por qué el Pucela ha confiado en él.
Él mismo reconoció hace unos días que su deseo es que el club blanquivioleta se haga con sus derechos. Seguro que por la cabeza del respetable pucelano, tras las exhibiciones ante el Espanyol y el Mallorca, también pasa este pensamiento.
La reacción de Ronaldo Nazário, máximo accionista de la entidad pucelana, al golazo que anotó Verde el pasado viernes ante el equipo perico, deja unas cuantas pistas sobre lo contenta que está la directiva del Real Valladolid con el rendimiento del italiano.
A este Verde le queda mucho por demostrar, pero el soniquete que se repite en todas las casas de aficionados blanquivioletas parece ser el mismo: 'Verde, qué te quiero, Verde'.