Ni los más viejos del lugar habían visto nunca nada igual. El Real Valladolid volvió al trabajo tras la semana de descanso por Navidad ante más de 2.000 aficionados, muchos de ellos niños, que se congregaron en los Campos Anexos en el penúltimo entrenamiento del año para los hombres de Sergio González.
Con la grada y los alrededores del campo repletos y entre los ánimos de los seguidores, los jugadores se ejercitaron durante algo más de una hora. Los rondos y los remates fueron los protagonistas en una sesión en la que la única ausencia fue la de Joaquín Fernández por un proceso gripal. El resto de futbolistas estuvieron a las órdenes del entrenador blanquivioleta, a excepción de Ivi López, en la recta final de su última lesión, y Rubén Alcaraz, que trabajaron al margen. Del Real Valladolid Promesas estuvieron presentes Samu Pérez y Mohamed Salisu.
Al término del entrenamiento, los jugadores se hicieron una foto de familia con los aficionados, a los que atendieron posteriormente durante varios minutos para firmarles autógrafos. De hecho, Míchel Herrero, encargado de comparecer en sala de prensa, tuvo que ser 'rescatado' ante la gran demanda de fotos y firmas para todos los futbolistas de la plantilla pucelana.
Además de presenciar la sesión, muchos de los seguidores que acudieron a los Anexos también colaboraron con la llamada del Fondo Norte, la Federación de Peñas y el Banco de Alimentos de Valladolid, gracias a lo cual se recolectó una tonelada de comida para los más desfavorecidos. Sin duda, el denominado 'II Entrenamiento de la afición' fue un auténtico éxito en todos los sentidos.