Manucho Gonçalves siempre va a ser un jugador recordado en el Nuevo Estadio José Zorrilla y no por su rendimiento futbolístico, sino por la promesa de goles que hizo hace, ahora, 10 años. Así se cumple una década desde que el delantero angoleño era presentado en la sala de prensa del estadio blanquivioleta y aseguraba que su meta era "marcar entre 30 y 40 goles".
La ambición del ex del Manchester United fue, obviamente, muy comentada en aquel momento, pero ahora, pasados más de 10 años, ésta es una afirmación que aún sigue marcando al jugador.
Manucho está marcado por ello, pero no sólo por la afirmación sino, también, por el bagaje conseguido después. Con cuatro goles en su primer año de blanquivioleta, con descenso de categoría incluido, el jugador salió de Valladolid. Regresó un año después para ayudar al equipo al ascenso de categoría.
Otro cuatro tantos para conseguir iniciar su mejor bagaje de blanquivioleta. La temporada 2012/2013, con el equipo en LaLiga Santander, Manucho hizo ocho goles. Fue un jugador determinante para la salvación del equipo y se ganó un puesto en la plantilla de la siguiente temporada.
Con Juan Ignacio Martínez como entrenador, Manucho no tuvo dudas de que iba a seguir en Valladolid, algo que con Miroslav Djukic nunca tuvo claro. Pese a esa confianza inicial, el angoleño disputó poco más de 1.000 minutos para hacer sólo tres goles.
Con ellos, y tras el descenso de categoría, Manucho cerró su etapa en el Real Valladolid. Lo hizo con 103 partidos, rozando los 5.300 minutos y con 19 goles. Con dos descensos a LaLiga 1|2|3 en su currículum y un ascenso, el bagaje del delantero fue malo, pero, sobre todo, muy alejado de las expectativas generadas hace ahora una década.