Año nuevo, vida nueva... pero mismas carencias para el Real Valladolid. El conjunto de Sergio González comenzó 2020 con un empate ante el CD Leganés (2-2) y merced a un doblete de Enes Ünal. Los visitantes, que se adelantaron por partida doble en Zorrilla, masacraron el costado del Pucela que defendía Javi Moyano y dejaron clara la imperiosa necesidad de un lateral zurdo. En el descuento, eso sí, Sandro Ramírez y Guido Carrillo pudieron decantar los tres puntos para sus respectivos equipos.
Después del doloroso cierre de 2019, el Real Valladolid comenzaba 2020 con un partido vital ante el CD Leganés y la carta llena de propósitos para el Año Nuevo. El primer deseo, el de un lateral izquierdo con nivel de Primera División. El motivo; tres desastrosos minutos de partido en los que se vio la necesidad del Pucela y un regalo inicial para los pepineros.
A pesar de la trascendencia del partido, un pésimo inicio del conjunto de Sergio González dejó patente que los blanquivioleta tienen más carencias de las que indica su posición en la tabla. Aunque el técnico catalán había optado por la solidez con Joaquín Fernández y Rubén Alcaraz en el once inicial, en tres minutos se fue al traste el planteamiento. Los madrileños, que salieron con varias marchas más que los locales, cumplieron aquello de que 'a la tercera va la vencida' en un visto y no visto.
Con los dos laterales en la parcela ofensiva, una pérdida de los vallisoletanos y un nulo balance de Javi Moyano y Antoñito Regal permitió que En-Nesiry centrase desde la derecha para Martin Braithwaite y que este fusilase a placer a Jordi Masip. Oro, incieso... y pifia. Los Reyes Magos, disfrazados de 'carrileros' blanquivioleta, obsequiaron a los visitantes con un tanto de la nada. 0-1 y al Pucela se le atragantaba el inicio del partido.
Los de Javier Aguirre, encantados con la concesión de los castellanos, continuaron volcando su juego por la autopista abierta con la que contaban en el costado de Javi Moyano. Al Real Valladolid, sufriendo excesivamente desde los laterales, se le rasgaban las vestiduras ante un rival muy cómodo con un tanto de ventaja.
Los Reyes Magos, disfrazados de 'carrileros' blanquivioleta, obsequiaron a los visitantes con un tanto de la nada
Afortunadamente para los de Sergio González, otro regalo, en este caso de los visitantes, permitió a Sergi Guardiola controlar dentro del área pepinera, defender su posición y ceder a Enes Ünal para batir a placer al 'Pichu' Cuéllar. Los locales, presumiendo de pegada, algo a lo que no acostumbran, se inventaban una oportunidad y firmaban las tablas en el minuto 10 con su primera ocasión de gol.
Tras el empate, no obstante, daba la sensación de que el Real Valladolid iba a salir indemne de su pésima puesta en escena, pero nada más lejos de la realidad. El CD Leganés, que contaba con un filón en su banda derecha, volvió a desarbolar a Javi Moyano y Roque Mesa voleaba sin oposición para poner el 1-2 en una jugada idéntica al tanto inaugural. 'Queridos Reyes Magos: un lateral izquierdo de Primera...', apuntaba Miguel Ángel Gómez.
Doce minutos volvían a poner de manifiesto las carencias de un conjunto, el vallisoletano, muy inferior a los pupilos del mexicano Javier Aguirre. Sin embargo, y después de los tres goles en tan poco tiempo, pucelanos y pepineros firmaron una tregua momentánea y el ritmo del partido descendió drásticamente.
Los de Sergio González asumieron el protagonismo que ofrecía el CD Leganés y se hicieron con el balón, pero como viene siendo habitual, el Real Valladolid es un equipo romo en ataque. Los locales, incapaces de hilvanar jugadas, optaron por el juego directo, pero los visitantes y sus tres centrales neutralizaron todos los intentos. Demasiado previsible. Por si fuera poco, el 'Pichu' Cuéllar, pitado por la grada en todas sus intervenciones, detuvo un mano a mano a Enes Ünal en la que fue la ocasión más clara de la primera mitad.
Para más inri, el nivel defensivo de los blanquivioleta estaba siendo de suspenso absoluto y salvo las continuas y providenciales intervenciones de Mohammed Salisu, la zaga vallisoletano ofreció un recital de concesiones impropio de Primera División. Ni siquiera Kiko Olivas estuvo a la altura. Jordi Masip, con una buena parada en la recta final, también salvó los muebles tras 45 minutos de resaca navideña.
Con un banquillo de desierto de laterales zurdos y sin muchas alternativas para solventar el agujero de dicho costado, a Sergio González le tocaba descartar el plan A y optar por otras opciones para enmendar la situación. Aunque las alternativas no iban a llegar durante el descanso, ya que, tras el paso por vestuarios, los mismos 22 protagonistas regresaron al césped de Zorrilla.
Sin cambios en el once ni en el sistema, el sentido común, que no suele fallar, imperó y el guion se mantuvo intacto en el inicio del segundo tiempo. El Real Valladolid tenía la pelota, el CD Leganés ponía el peligro con alguna acción aérea y Chidozie Awaziem coqueteaba con la expulsión tras un posible manotazo a Toni Villa. Con el paso de los minutos, eso sí, fueron los locales quienes se crecieron y dieron un paso adelante.
Sergio González, dado que sus pupilos continuaban por los mismos derroteros, esperó 15 minutos para pasar a la acción y poner toda la carne en el asador. Con un ambicioso doble cambio, el técnico catalán dio entrada a Míchel Herrero y a Sandro Ramírez y retiró de la partida a Javi Moyano y a Toni Villa, relegando a Óscar Plano al costado izquierdo y optando por una defensa de tres. Media hora restante para la machada ante el 'Lega'.
Después de la espantada del 'Pichu' Cuéllar durante el pasado mercado invernal de fichajes, todo hacía presagiar que su encuentro con la afición del Real Valladolid iba a estar cargada de reproches. Y la batalla psicológica no tardó en escalar de tensión. Después de ser pitado durante toda la contienda, el cancerbero extremeño decidió tomarse la justicia por su mano y detuvo el juego durante varios minutos con una serie de 'problemas físicos'. Diez minutos al limbo sin nada reseñable y al crono solo le quedaban veinte restantes.
A pesar de las pérdidas de tiempo, el Pucela no se enfrió y el paso adelante que le habían otorgado los cambios era una realidad. Si bien es cierto que los de Sergio González seguían sin generar demasiado peligro, su presencia en en el área pepinera invitaban al optimismo en Zorrilla. Y Enes Ünal acabó llevando el cántaro a la fuente. Después de un aviso en el 75 con un gran testarazo, cinco minutos después y de nuevo con la cabeza, ponía el empate con su segunda diana particular. Venido de Oriente, este Rey Mago sí le brindaba los regalos a los suyos y no al rival.
Impulsados por la inercia positiva, los blanquivioleta no se conformaron con el empate y continuaron presionando a un CD Leganés que, a la contra, pudo sentenciar. Dos ocasiones peligrosas de los de Javier Aguirre precedieron a una recta final de acoso y derribo sobre sus pupilos. No obstante, el gol local no llegó y, por si fuera poco, Antoñito Regal cayó lesionado con una rotura muscular.
El Real Valladolid, a pesar de jugar en inferioriad mientras el andaluz estaba siendo atendido, pudo ganar el partido con un ajustado mano a mano de Sandro Ramírez. Resistió el 'Pichu' Cuéllar y dio vida a los suyos para tenerla en la última jugada del partido. De forma milagrosa y por partida doble, ni Martin Braithwaite ni Guido Carrillo pudieron con Jordi Masip en primera instancia ni con Joaquín Fernández en el rechace. Al final, reparto de puntos merced al doblete de Enes Ünal para un Real Valladolid que sigue con muchos propósitos por cumplir para certificar la permanencia.
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