90 minutos y vacaciones para el Real Valladolid. Un partido y el cierre de una larga y complicada temporada que se ha finiquitado con la salvación blanquivioleta. Con todo ello se ponía en juego la opción a una guinda que haría cerrar con una sonrisa una temporada que se recordará por la consecución del objetivo. Todo ante el Real Betis y en un duelo que no tendría un gran análisis al saber que ninguno de los dos tenía nada en juego.
Con los pucelanos salvados y con los béticos lejos de sus sueños y objetivos, el partido no tenía muchos alicientes antes del pitido inicial y pocos demostró durante el juego. Con un Pucela muy debilitado por las bajas y con una convocatoria de sólo 16 jugadores, el ritmo que se esperaba y que se cumplió fue lento.
En ese ritmo pesado y anodino, el Real Valladolid se llevó los tres puntos y consiguió esa sonrisa y guinda que Sergio González quería para finiquitar el año deportivo. Sin celebraciones porque nada de lo vivido en el Estadio José Zorrilla cambia la sensación de la temporada, cerrar con tres puntos no deja de ser una sensación gratificante con la que cerrar una temporada tan atípica como ésta.
Un partido como éste ofrece en un inicio dos opciones: un encuentro atractivo al tener jugadores con poco o nada que perder o un sopor de un duelo intrascendente. La realidad no se acogió al 100% ni a una idea ni a otra pero más cerca estuvo de la primera que de la segunda. Con acciones interesantes y un ritmo medio, la visita verdiblanca al Estadio José Zorrilla tenía ocasiones, sensación de peligro y protagonismos.
Con nada que perder y liberados de toda presión, ambos equipos buscaban el ataque. Sin acierto y sin mordiente, es verdad, los dos conjuntos mostraban cierto interés por anotar. Alejados de cualquier registro de éxito goleador, el primer tanto tuvo que llegar en un acción de contragolpe y al borde del descanso.
Sergi Guardiola, noticia en los minutos previo al inicio, aprovechaba una transición muy bien liderada por el equipo blanquivioleta para abrir el marcador. Un buen gol que sirvió para potenciar el mensaje de ánimo del equipo para Kiko Olivas, pero para poco más. El duelo no cambió en exceso tras el gol del '7' y fue más por incomparecencia bética y que por creencia pucelana.
Un tanto así en un duelo 'normal' cambia la tendencia pero un encuentro como éste no condicionó nada y, muy posiblemente, tampoco los charlas del descanso. El paso por los vestuarios no varió en exceso el duelo y en la reanudación, la dinámica siguió por el mismo camino. Intentos de ataque y defensas casi intrascendentes para un encuentro con poco que analizar y con una tendencia clara para el final cuando Óscar Plano hizo el segundo gol.
Con el cuarto tanto de la temporada del '10', el encuentro quedó visto para sentencia. A falta de casi media hora era oficial que el Real Valladolid se iba a llevar los tres puntos por saber generar mayor sensación de peligro que el Real Betis pero, sobre todo, por aprovechar las tendencias generadas.
Todo ello en un duelo que se preveía sin tensión, como así resultó en la firma final de un "éxito" de temporada, según Sergio, y que pone la "guinda" final que el propio catalán quería de este encuentro.