El Real Valladolid goleó (0-3) al Granada CF en Marbella en su segundo amistoso de la pretemporada 2020. Un partido del que no se pueden sacar muchas conclusiones, pero que sí deja una serie de sensaciones.
La primera y más contundente, más incluso que en la derrota ante el Málaga CF, es que existió bastante distancia entre una y otra parte de las dos disputadas. Y también hubo inmensas diferencias en el planteamiento de Sergio González entre los citados primeros y segundos 45 minutos. El técnico catalán, que aún tiene en plantilla a muchos de los jugadores con los que en teoría no cuenta, realizó varias pruebas.
En la primera mitad, la actuación de la pareja de centrales formada por Javi Sánchez y Miguel Ángel Rubio fue de lo más reseñable. El primero completó unos correctos 45 minutos y el segundo aportó en ataque a balón parado. Además, Pablo Hervías, de menos a más, fue el que más peligro llevó al área rival, forzando balones parados que él mismo botó.
En la segunda mitad se vio a un Pucela totalmente diferente. El alto ritmo y la pegada le permitieron terminar goleando al conjunto andaluz. Cambiando al 1-4-2-3-1, Toni Villa fue el auténtico protagonista, volviendo a repetir en la mediapunta como ante el Málaga. Sin embargo, en esta ocasión, su buen juego se vio también recompensado con ocasiones y acierto para marcar dos goles. Sin duda, fue el más destacado del choque, favoreciéndole el hecho de pisar más área rival al jugar por el centro. Incluso estuvo cerca de lograr el hat trick tras un pase de Miguel de la Fuente, que entró al campo en el tramo final y dejó algún detalle positivo.
En este periodo el equipo rindió a muy buen nivel en líneas generales. Sekou Gassama demostró que es un delantero que puede aportar mucho, tanto por su físico como por su definición.
Anuar Tuhami frecuentó bastante el área rival, teniendo una oportunidad clara de cabeza y dando la asistencia del tercero a Toni. A pesar de jugar como central, Rubén Alcaraz conectó con los puntas y llegó hasta a hacer el cuarto gol en un córner, que fue anulado por un fuera de juego inexistente. Además, los laterales, Javi Moyano y Raúl García Carnero se incorporaron con peligro, y Waldo Rubio volvió a aprovechar su verticalidad para ayudar a la goleada.
En el primer acto Sergio recurrió al clásico 1-4-4-2, con Sergi Guardiola y Marcos André en la delantera. No fue la parte buena, puesto que el ritmo fue bastante lento y al equipo el costó cruzar el centro del campo, donde no tuvieron claridad en los pases ni Fede San Emeterio ni Kike Pérez. De hecho, Guardiola se vio obligado a bajar para recibir la pelota en alguna ocasión. Tampoco fue el día de Marcos André, que no dispuso de tantas opciones de gol como en el primer amistoso.
A quién se vio todavía algo desacoplado fue a Luis Pérez. Su banda fue por donde el Granada volcó todo su peligro antes del descanso. Y tampoco en ataque pudieron conectar con él con balones en largo. Además, Fabián Orellana volvió a pasar desapercibido.
Menos preciso que en el primer amistoso se mostró en el segundo tiempo Luismi Sánchez, que volvió a jugar de central ante la falta de efectivos y tuvo alguna pérdida que afortunadamente no logró aprovechar el Granada.
En definitiva, dos mitades y 11 nombres diferentes en cada una de ellas. Seguro que Sergio González tomó buena nota, aunque con la importancia justa al tratarse del segundo amistoso de pretemporada pese al contundente triunfo.
Lo negativo, se adelantan líneas y se tienen los mismos fallos, pases al contrario de toni, Luísmi y Alcaraz, lo cual en primera división son gol seguro (al menos alguna)