La carrera de Ronaldo Nazário siempre ha estado marcada por las graves lesiones que sufrió de rodilla. Con una carrera de enorme envergadura, al astro brasileño siempre le sigue la pregunta de saber qué hubiera sido de su carrera de no ser por aquellas grandes lesiones y esas duras recuperaciones.
Sin ellas se hubiera visto un delantero aún más poderoso y él, de paso, se hubiera ahorrado la peor etapa de su carrera, tal y como ha narrado en Universo Valdano. Recordando que la primera operación de rodilla la tuvo antes de llegar al FC Barcelona en 1996, los peores momentos llegaron en Italia.
"Fue todo terrible", narra al recordar cómo fue la segunda lesión. "Me hacía miles de preguntas porque la primera fue una rotura parcial pero aquella vez en la final de la Copa de Italia se rompió por completo", detalla. Recordando que en la primera vez "estuve seis meses, entre tratando y operado", Ronaldo recuerda cómo fue aquella lesión del 12 de abril del año 2000.
"En una acción que hacía mil veces en los entrenamientos", como cree, para el brasileño fue como cuando "coges una goma de estirar y la estiras hasta que se rompa y hace un ruido. Ese ruido es el que yo noté". Asegurando que "el dolor era soportable, los fantasmas de la cabeza era muchos". Tras el trauma de la lesión, llega una dura recuperación y el objetivo del Mundial de 2002.
Señalando que lo que él vivió "era una lesión que no tenía historia en el fútbol y que no se sabía cómo se recuperaba", "la recuperación fue también fue muy dura", según palabras del propio jugador. "Los primeros meses no tenía 45º en la rodilla. A los ocho meses tenía 90º de flexión pero para el fútbol se necesita 110º".
Sin querer darse por vencido, el actual presidente del Real Valladolid viajó a Colorado pero "me dijeron que no volvería a jugar". Por suerte encontró con un médico, el que le operó, que le dio con la clave. En un centro cercano a San Sebastián, el brasileño encontró su lugar, un clínica que le exigió en una recuperación "horrorosa" pero efectiva.
"Ganar los grados de la rodilla era muy doloroso", pero él lo consiguió. "Llegue, después de mucho sufrir, a 135º". El objetivo estaba conseguido. Mucho trabajo, muchos meses y mucho dolor valieron la pena por la insistencia del jugador en "volver" y en no "fallar". El sueño del Mundial de 2002 era viable y su participación en él, posteriormente, histórica.