1-0: Otro rebote de Vinícius castiga al Pucela

En la fase y el "proceso", según Sergio González, en el que se encuentra el Real Valladolid, la visita al Estadio Alfredo Di Stéfano para enfrentarse al Real Madrid era una gran oportunidad para ver y calibrar la situación en la que está el equipo blanquivioleta. En la previa eran 90 minutos para seguir quemando etapas de evolución y mejora.

Por ello, y pese a perder en el encuentro ante los de Zinedine Zidane por un detalle que nuevamente favoreció a Vinícius Junior, el Real Valladolid sale de la Ciudad Deportiva de Valdebebas reforzado y fortalecido. Vuelve sin puntos, sí, pero lo hace con las botas puestas y el planteamiento intacto tras 90 minutos de enorme nivel, elevado ritmo y brillantes opciones y evoluciones de un equipo diseñado y ya preparado para dar muchas alegrías e importantes sustos.

Un ritmo muy alto

Sergio González analizaba en la previa que el equipo estaba preparado para mantener el nivel en el partido. Pese a tener jugadores "al límite", como demostró un once con muchas novedades sobre el anterior partido, el equipo blanquivioleta sabía qué hacer y cómo. Los visitantes entendían dónde estaban sus opciones de victoria y las explotaban en un buen partido pero, sobre todo, en unos primeros 45 minutos de gran nivel.

Asumiendo el poder del Real Madrid y su dominio, los blanquivioleta estuvieron juntos medianamente lejos del área de Roberto Jiménez y dificultaron las acometidas blancas. Durante la primera parte, los locales tenían el control. La sensación de peligro era real, sí, pero los pucelanos tenían controlada la situación.

Con una versión más acertada y liberada de Fede San Emeterio, los vallisoletanos sabían intimidar cuando tenían oportunidad. Sabiendo cumplir en ese "pase tras robo" que tanto pidió Sergio en la previa, los pucelanos supieron llegar al área blanca. Lo hacían en inferioridad o en jugadas muy rápidas pero, ciertamente, con un peligro real.

Defendiendo y haciéndolo bien sin tener que acumular muchos jugadores en área, el equipo sabía correr y firmaba una primera parte de enorme mérito y de elevado ritmo. Sabiendo responder a esas dos exigencias, el Real Valladolid llegaba al descanso con una sonrisa al entender que el planteamiento estaba saliendo y que diferentes jugadores estaban rindiendo, como el caso de Roberto Jiménez.

El '13' blanquivioleta, en su tercer partido como pucelano, fue exigido, como era de esperar pero supo rendir. Tanto en la primera parte como en el inicio de la segunda, el madrileño sumó para que el duelo estuviera equilibrado y ambos equipos se pudieran repartir las ocasiones de gol y el control del partido.

Otro rebote de Vinicius

El juego estaba ciertamente equilibrado hasta que un detalle pudiera cambiar el duelo. Esa opción la tuvo Shon Weissman pero Thibaut Courtois estuvo tan acertado como Vinicius Junior afortunado. Minutos después de la mejor ocasión del israelí desde su llegada a Pucela, el Real Madrid cambiaba la tendencia del partido con un afortunado rebote que sonreía al brasileño.

Si el 3 de noviembre de 2018, un mal disparo del brasileño se coló en la portería de Jordi Masip tras rebotar en Kiko Olivas, en esta ocasión una mala salida de Bruno González provocó un mal despeje de Raúl Carnero que terminó en el gol del brasileño con el que cambiaba la tendencia y el marcador del partido.

Pese a que el tanto no desdibujó a un Real Valladolid que supo igualmente encontrar espacios y ocasiones en las transiciones, el detalle del gol ayudó a que el ritmo del partido fuera blanco. Entre el dominio de los tiempos y la calidad, los locales controlaron un duelo en el que el Pucela murió con las botas puestas y el planteamiento intacto.

Todo ello vale para firmar una fase más del "proceso" del que tanto habla Sergio González, aquélla que deberá corroborarse con una victoria ante la Sociedad Deportiva Éibar el próximo sábado, desde las 13.00 horas.