Segunda ronda de la Copa del Rey 2020/2021 y el Real Valladolid, como la temporada pasada, ha sufrido mucho para conseguir el pase ante el Marbella FC. Si bien hace un año necesitó de 120 minutos y los penaltis, en esta ocasión se olvidó de la tanda, pero no de un trabajado y exigente duelo y de una agónica prórroga.
Imponiendo su superior categoría, pero sufriendo en exceso en determinados momentos, el Real Valladolid consiguió una necesaria clasificación gracias al acierto de Óscar Plano de cara a puerta, a la verticalidad de Waldo Rubio en campo rival y al plus de Toni Villa con su entrada en el segundo acto.
Con muchos nombres propios en el análisis y en el avance del encuentro, el Real Valladolid cumple con el expediente en Marbella. Con sufrimiento, pero con la exigencia de la victoria, el equipo de Sergio González mira con optimismo y dinámica ganadora el importante encuentro del domingo, desde las 21.00 horas, ante el Valencia CF.
El duelo comenzaba en el Estadio Antonio Lorenzo Cuevas y el Real Valladolid no parecía estar en él. En un ritmo de juego lento y viviendo en campo propio, los de Sergio González veían pasar el encuentro con el control del Marbella FC. Pese a que los andaluces no tenían grandes ocasiones, el dominio era local.
Con mayor posesión, mayor control y llevando el encuentro por los caminos que buscaban, los de José Manuel Aira y el exblanquivioleta Óscar Sánchez tenían el encuentro donde ellos querían. Pese a dominar el duelo, Óscar Plano y Sergi Guardiola generaron dos importantes sustos para el bando marbellí que mostraron la mayor categoría blanquivioleta y maquillaron los primeros 45 minutos del equipo de Sergio.
Sin grandes ocasiones en el bando local y sin control del equipo de mayor categoría, la primera parte estaba ausente de acierto y claridad, todo lo que sí existió tras la reanudación. Al gol inicial de 'Kuki' Zalazar se le sumó el empate de Esteban Granero tras un penalti cometido por Roberto Jiménez.
Sin mejora en los pucelanos y sin mayor claridad en los locales, el duelo conseguía todo aquéllo que había faltado en el primer acto: el gol. Con el empate local, el duelo tomó un tinte que incomodaba a un Sergio González y que le obligó a mover el banquillo en el minuto 64 con la entrada de Toni y Sergio Benito.
Sustituyendo al autor del primer gol y a Sergi Guardiola, la entrada de Toni Villa aportó otro aire al Pucela. Con él, y desde su frescura, el Real Valladolid adelantó sus líneas y aumentó su peligro. Con el crecimiento del equipo pucelano, el duelo ganó en fuerza, intensidad y atractivo.
En un encuentro más abierto y con más ocasiones, el Real Valladolid era superior. Ante un partido de golpes, los visitantes lo inclinaban hacia la clasificación pucelana, como parecía y merecía porque, más allá del primer gol de Óscar Plano, Toni y Sergio Benito se toparon con el palo.
En el fútbol todo es impredecible porque cuando la victoria y clasificación visitante parecía hecha, el Marbella, en botas de Irving Gudiño, hacía el empate y obligaba a una prórroga que se movió en un calco de los primeros 90 minutos, en la evolución del Pucela, en la división de ocasiones y la diferenciación por calidad y no por control.
Así, y tras una primera parte de la prórroga sin grandes ocasiones, pero un dominio más centrado en las botas locales, una jugada ofensiva del Real Valladolid al inicio de los últimos 15 minutos valía el tercer gol del encuentro y la ventaja definitiva para los de Sergio González.
Con el doblete del '10' del Pucela, los vallisoletanos se hicieron con una victoria compleja. En 120 minutos, sufrieron más de lo debido para hacerse con el control del partido y conseguir una clasificación que, por momentos, parecía clara, pero que sólo se logró tras 120 minutos sufridos de partido. Igual que la temporada pasada, aunque, ahora, salvando los penaltis.