La victoria (0-1) del Real Valladolid ante el Getafe CF fue un punto de inflexión importante. Para el equipo pero, sobre todo, para jugadores determinados. Ver en encuentros de la importancia del disputado en el Coliseum Alfonso Pérez o el del Valencia CF a jugadores como Toni Villa, Luis Pérez, Jota Filipe o Kike Pérez es una muestra del potencial del equipo y del momento de ellos y de otros.
Iniciar encuentros así sin Óscar Plano, Joaquín Fernández, Fabián Orellana o Rubén Alcaraz en el once confirma parte del cambio de un equipo que aún tiene margen de mejora. Desde él se podrán y deberán eliminar los errores y las imprecisiones de una decimoctava jornada de LaLiga Santander que ha confirmado por qué tanto el Pucela como el Valencia CF están cerca de la zona de descenso.
Pese a que la victoria visitante no deje a los blanquivioleta en los tres últimos puesto, dato que conocían antes de conocer la jornada, el Real Valladolid sabe que esta derrota le hace daño porque le frena, nuevamente, en el intento de evolución y despegue que buscaba. Éste es un frenazo que ya vivió con el empate (1-1) firmado ante el Levante UD en lo que pudo ser una tercera victoria consecutiva.
La previa de Sergio González confirmaba que el Real Valladolid se iba a enfrentar a un gran rival. El actual Valencia CF no está bien pero, pese a ello, tiene calidad. La posee en jugadores concretos y, por ellos, el entrenador catalán era muy reservado en sus declaraciones de antes del duelo. Quería que se valorase al equipo de Javi Gracia para así, destacar todo lo que pudieran conseguir sus jugadores.
Con la moral alta tras la victoria en Getafe y la clasificación copera en Marbella, el Real Valladolid disputó un encuentro sin control. En los primeros 45 minutos, además de vivir un paso por detrás del rival, los blanquivioleta no tuvieron nada del control del partido y del balón que demostraron tener en Getafe.
Toda la fortaleza que otorgaron Kike Pérez y Roque Mesa al juego en el Coliseum no sólo es que no lo diera es que lo hicieron perder. El Real Valladolid estaba poco equilibrado en el juego interior y sufría mucho en las transiciones, aunque fueran de pocos metros.
Esas carencias pucelanas para correr tras la pérdida fue, a la vez, el sustento del equipo para enlazar pequeñas acciones de contragolpe. En un duelo con tanta pérdida como robo, vallisoletanos y valencianos generaban tras un error del rival o desde un acierto en la anticipación. Buscando superioridades en velocidad, ambos equipos creían en el gol más por el error del rival que por acierto propio.
Demostrando así por qué ambos son rivales por evitar el descenso a LaLiga SmartBank y por qué llegaban al duelo sumando entre ambos las mismas victorias que el Granada CF, el partido avanzaba pero las imprecisiones no se perdían. Locales y visitantes se hacían al terreno de juego pero no evolucionaban en cómo buscar el peligro.
Por falta de intención no era pero por falta de claridad, sí. Rotundamente. Ver cómo resolvían Kike Pérez y Kang-In dos faltas frontales confirmaba los problemas de claridad y efectividad de ambos equipos en un encuentro que avanzaba pero que no cambiaba su registros y eso que Shon Weissman seguía con su recital de desmarques y movimientos de ruptura.
Mientras el '9' blanquivioleta seguía en su pelea de hacer largo al Real Valladolid y conseguir presencia en campo contrario, el duelo no avanzaba hacia el camino de la victoria local y, por ello, Sergio dio entrada a Pablo Hervías y Óscar Plano. Entre el '11' y el '10' debían sumar acompañamiento al israelí pero, también, dejar atrás las imprecisiones que marcaban el encuentro. De unos y de otros, ciertamemente.
No había grandes aciertos en ningún equipo y el duelo, realmente, terminó así. Sin grandes logros el Valencia CF se llevó la victoria gracias a un golpeo de media distancia de Carlos Soler que Jordi Masip no detuvo de forma incompresible. Sosteniendo al equipo en acciones de la primera parte, el portero no estuvo acertado en el minuto 75 con un disparo que sólo era potente y que fue definitivo.
Tras el tanto del '8' visitante, el duelo no cambió en exceso hasta el final. Es cierto que el Real Valladolid dio un paso en la intención de llegar a la portería rival pero no en la claridad para conseguirla. Así, el empate fue imposible de imaginar hasta el minuto 96, cuando Sergi Gaurdiola se topó con el palo.
El empate pucelano tuvo un resquicio igual de grande que una mayor renta visitante. El VAR privó al Valencia CF de la puntilla a la victoria en un encuentro que ganó por un error concreto local más que un acierto visitante, algo que define a la perfección el encuentro.
Lamentable Toni Villa perdiendo el balón por intentar regatitos. Incapaz de buscar al compañero mejor situado. Necesitamos a un extremo que meta balones. El Valencia ha ganado por un error garrafal del portero.