La previa de Sergio González para el tercer encuentro copero de la temporada dejaba una frase que definía la exigencia con la que el Real Valladolid viajaba hasta Ibiza. "No me quiero imaginar lo que sería no ganar", aseguraba el entrenador catalán antes de un duelo que dejó una pobre imagen del equipo blanquivioleta y que genera miedos pese a la victoria pucelana en la prórroga.
Si llegar a la prórroga en Marbella fue "injusto" según Sergio González, hacerlo en Ibiza fue un castigo merecido para un Real Valladolid que no fue dominador del encuentro ni superior a un rival de Segunda división B hasta se adelantó en el encuentro gracias a dos penaltis. Entonces era ya el minuto 96.
Los tantos desde los once metros de Míchel Herrero y Roque Mesa crearon una posibilidad que el Real Valladolid tardó en aprovechar pero que consiguió hacer gracias al buen hacer del centrocampista grancanario. Su entrada en el descanso cambió el duelo y evito un ridículo ibicenco que el Pucela, por fases, se ganó y que en más de 100 minutos se valoró como real.
Que no era el día del Real Valladolid se confirmó, no sólo tras los primeros 45 minutos sino cuando se llegó al minuto 60. Si bien se puede entender una mala adaptación al terreno de juego y a los diferentes contextos del partido, necesitar 45 minutos ya es excesivo pero no tener una reacción tras el paso por vestuarios es más grave aún.
Así, los de Sergio González firmaron una primera hora de juego imperdonable, dramática, patética, dolorosa, trágica y todo calificativo posible para definir a un equipo que no tenía intensidad, intención ni ideas.
No sólo por la victoria local con la que se llegaba al descanso sino por cómo se llegaba al resultado, la visita a la SCR Peña Deportiva mostraba un mal encuentro pucelano que se extendió en la segunda parte pero que tuvo un pequeño punto de inflexión tras una genialidad de Roque Mesa.
El '17', junto a Óscar Plano, fueron los dos primeros cambios del Real Valladolid y con ellos el equipo tuvo una cierta mejoría. Esa evolución fue real pero, a la vez, mínima. Ante un rival de Segunda B fue suficiente para igualar el encuentro y creer en una remontada pero que no deja credenciales para creer en LaLiga Santander.
Pese a la mala sensación global, el detalle de una enorme asistencia del centrocampista grancanario generó un penalti sobre José Luis Zalazar que Míchel Herrero transformó y que hizo pensar en una evolución del Pucela.
El Real Valladolid debía mejorar, es verdad, pero el éxito sería pequeño porque el margen de mejora era muy alto tras lo conseguido en esos primeros 60 minutos. Con el empate, el Real Valladolid dio un paso al frente pero fue un pequeño avance que no tuvo ni fuerza ni consistencia porque el equipo no generó grandes ocasiones más allá de un gol mal anulado a Shon Weissman cuando el '9' llevaba apenas unos segundos en el terreno de juego.
Tras el tanto mal anulado a los pucelanos y sin grandes ocasiones fue inviable mirar a la clasificación en los 90 minutos y el encuentro se fue a una prórroga en la que los blanquivioleta sí fueron superiores.
Sin la sensación de ser mejores que el rival pero sí aprovechando las acciones y los contextos del partido, los de Sergio González consiguieron dar la vuelta al marcador con un nuevo penalti. Al poco de iniciar el primer tiempo de la prórroga, Roque Mesa aceptó la responsabilidad de la segunda pena máxima del encuentro, la misma que dio la vuelta al partido y que cambió, radicalmente, la dinámica.
Entre el gol y la expulsión de un jugador local, el partido se ponía de cara para los de Sergio González aunque la lesión de Javi Sánchez hizo dudar y sufrir a los blanquivioleta hasta el último segundo, pese a la entrada de Lucas Freitas minutos después de la marcha del '5'. Sin controlar el encuentro, sólo un doblete de Roque Mesa hizo ver real la clasificación y, así, Sergio González pudo respirar tras un partido de pocas convicciones y muchos miedos y dudas.
El hacer del Real Valladolid en los primeros 90 minutos de partido y, posiblemente, en más de 110 marca una descafeinada clasificación copera en el que el gol de Óscar Plano, por ejemplo, es pura decoración tras una imagen pucelana que no es nada buena pero que vale para la clasificación a octavos de final de la Copa del Rey.
Hay que tener en cuenta que es un equipo de segunda b y no uno fuerte, por lo que entrenan menos de la mitad que un equipo profesional (y lo mismo alguno trabaja, que no lo se), por lo que el bajon fisico de estos equipos ha sido bien aprovechado por nosotros (en menor medida le paso al Marbella un poco mas profesionales), y creo que esta fue la clave del resultado final
Partido de 80 minutos insufribles y soporiferos,parece que el Real Valladolid se crece en las prorrogas y crecío,una Peña Deportiva muy trabajada que no dejaba maniobrar al Pucela,con los cambios el equipo sacó su juego y su casta de ahi el 1-4,resumiendo,Roque Mesa y Plano dieron otro aire,hasta Michel aguantó 120 minutos,eso si dosificandose,de Toni Villa sin comentarios,de Javi Sánchez otra lesión a este le hace falta colágeno,potasio,magnesio y vitamina C en definitiva clasificados para octavos con mas gloría que pena,cancha sintética en malas condiciones muy pelada de mil batallas,y buen homenaje a Don Vicente Cantatore.SIEMPRE PUCELA.