0-2: El Villarreal aboca al Pucela al descenso

El Real Valladolid cayó derrotado (0-2) ante el Villarreal CF en un partido en el que necesitaba la victoria como el comer. La jornada era propicia para conseguir los tres puntos, pero Gerard Moreno y compañía no se lo permitieron. Con este resultado, los de Sergio González ya tienen que esperar a otros para asegurar una permanencia que cada vez se ve más complicada.

Un inicio intenso

La primera intentona amarilla llegaba pronto. En el minuto 6, Gerard Moreno metía un pase filtrado a Alfonso Pedraza, que, libre de marca, la ponía atrás y Moi Gómez, no veía puerta de auténtico milagro. Pero, el Pucela no se achantaba y quería probar a Sergio Asenjo. Toni Villa, muy activo en estos primeros compases, sacaba la varita y se la daba a Roque Mesa, que ponía el cuerpo y se hacía hueco para poder disparar sin oposición. El tiro del '17' se iba por poco, pero los pucelanos ya daban sensación de peligro.

Sin embargo, el submarino no quería que el Real Valladolid tomara el mando. En el 13, Gerard lo intentaba, pero sin suerte, ya que su disparo no encontraba puerta. Los de Unai Emery salían con todo y con, además, esa necesidad de puntos que comentaba su técnico en la previa. Por todo ello, los minutos pasaban y el agobio amarillo comenzaba a carburar. La ambición de los castellonenses provocaba el nerviosismo del conjunto blanquivioleta, que había pasado 52 veces en los primeros 26 minutos. Es decir, a dos toques por minuto. La estadística no transmitía lo que se jugaba el Pucela: el todo por el todo.

El Real Valladolid ya jugaba con fuego y no llegaba a quemarse porque el Villarrreal, en realidad, no acertaba el último pase. Shon Weissman, en el 33, avisaba de que podía en cualquier momento dar el susto. Pero, en vez de rematar, peinaba el balón al no llegar con suficientes garantías. El '9' no cejaría en su empeño de marcar y cuatro minutos después acabaría una buena jugada colectiva disparando desviado. Pero, esa no sería la última del israelí en el primer acto, ya que tendría dos ocasiones de peligro que podrían haber cambiado la tónica de un encuentro que se iba al descanso con el marcador inicial.

La película seguía igual

Tras la reanudación, el guion no cambiaba. El submarino con el balón y el Real Valladolid defendiendo el insuficiente empate que le dejaba a un punto de la salvación. Y seguiría con ese punto por Roberto Jiménez. En el minuto 53, el '13' desbarataba cualquier intención de Pedraza de marcar.

El técnico local, Sergio González, viendo que no había ningún tipo de reacción blanquivioleta, introducía un doble cambio. Sergi Guardiola y Rubén Alcaraz entraban sustituyendo a Roque Mesa y a Joaquín Fernández. Aunque no parecía que esto influyera, llegaría la mejor ocasión pucelana seis minutos después. Jawad El Yamiq, al que le habían perdonado una posible tarjeta roja directa en la primera parte, recuperaba en tres cuartos, se iba al ataque y se asociaba con Guardiola, que le devolvía el balón. El marroquí, con el viento a favor, entraba en el área y disparaba a una puerta que estaba escoltada por un Asenjo que sacaba el balón tras una tremenda estirada.

El gol del submarino

El bote salvavidas no llegaba al Nuevo Estadio José Zorrilla, pero su equipo estaba vivo todavía. Sin embargo, el factor Gerard Moreno decidía el rumbo del partido.

El '7' amarillo, tras ganar la espalda a los zagueros pucelanos, y con los agarrones de Nacho Martínez, ganaba el duelo y con su pierna buena definía al palo largo de Roberto. El pase era de Pau Torres y el tanto de Gerard. Dos de los futbolistas que mejor estaban interpretando el choque. El Pucela necesitaba una reacción urgente, pero se acercaba el final y no encontraba ese tanto que le metía de lleno en la lucha por los tres puntos ante el finalista de la Europa League. Ni la entrada de Kiko Olivas, de Marcos André de Sousa, ni la de Míchel Herrero parecían la solución.

Con todo y con ello, el otro '7' quería lo mismo para su equipo. Pero, su disparo, a seis minutos del final, se iba muy cerca de la escuadra izquierda de Asenjo. Los locales no tiraban la toalla y Marcos André, tras una falta botada por Míchel, la mandaba fuera con todo a favor. Del posible 1-1, al 0-2 definitivo. El pase de Gerard, que no parecía peligroso, lo hacían bueno tanto Bruno González como El Yamiq. Ese balón le llegaba a Manu Trigueros que se la regalaba a Étienne Capoue que no perdonaba.

El Villarreal, con la victoria, se afianza en los puestos europeos y deja al Pucela muy tocado, sin depender de sí mismo para conseguir la permanencia.