1-0: Zorrilla y Pacheta disfrutan con un Pucela líder

Siete victorias de forma consecutiva en el Estadio José Zorrilla y 13 puntos de los últimos 15 posibles son cifras importantes para la esperanza y la ilusión del Real Valladolid y de su afición. Pese a que el empate (0-0) en el Estadio de La Romareda dejó un regusto agridulce en el mundo blanquivioleta, la situación era idílica para el mundo vallisoletano antes de recibir al Real Sporting de Gijón.

La disputa de la jornada 25 de LaLiga SmartBank podía llevar a los de José Rojo, Pacheta, al liderato de la categoría y por ello el encuentro ante los asturianos invitaba al máximo a los pucelanos. Ésta era una oportunidad que los vallisoletanos no podía dejar escapar, tal y como no hicieron.

En un duelo trabado y exigente, los pucelanos han confirmado la fortaleza del Estadio José Zorrilla. Con la octava victoria consecutiva como local, el Real Valladolid duerme como líder. El conjunto vallisoletano es, por el momento, el mejor equipo de la categoría. Puede ser sólo por unas horas, sí, pero confirma el buen momento y el buen hacer de un conjunto en constante evolución y en innegable comunión con su afición.

El fortín de Zorrilla

El peso de los aficionados pucelanos es elocuente. Lo es por juego pero, ante todo, por resultados. Ocho victorias consecutivas como local y un partido ganado en cinco encuentros como visitante confirma la bipolaridad de un vestuario que ha encontrado su base y equilibrio, como se ha confirmado con el encuentro ante el equipo de David Gallego.

Los asturianos, en clara mejoría después de las dudas tras la victoria (1-2) del Real Valladolid en el Estadio de El Molinón, han exigido mucho a los pucelanos, pero los de Pacheta tienen una dinámica ganadora como locales y ganarles es difícil y hasta casi imposible. La tendencia pucelana es de victoria tras victoria en el Estadio José Zorrilla y por esa dinámica se explican muchos de los argumentos de los tres puntos sumados este viernes.

En un encuentro igualado, con rachas de unos y de otros y de muchos detalles, todo se decidió por la tendencia ganadora de los pucelanos, aquéllos que suman victorias hasta cuando fallan un penalti. El Real Valladolid está de dulce porque tiene confianza en lo que hace y por ello consigue puntos en partidos que en otro momento perdería o empataría.

La dinámica pucelana es la que define el momento del equipo. Si hace varias jornadas confirmó el "proceso" que mencionaba Pacheta desde su llegada, ahora disfruta de lo que hace. Gestiona los encuentros, lee los ajustes y ejecuta en los momentos en los que es superior. El Real Valladolid hace sufrir y sabe sufrir y eso sólo lo hacen los ganadores.

Doble sufrimiento

Para la decimocuarta victoria de la temporada los de Pacheta sufrieron. Por ellos y por el rival. Tras una primera parte igualada y lenta, el paso por los vestuarios sentó muy bien a los blanquivioleta. La versión pucelana tras el descanso fue otra. A esa mentalización se le suma la confianza y el plus de las sustituciones y se entiende la mejoría en el juego y muchas de las respuestas que estos ofrecieron.

El Real Valladolid respondió al juego y a los golpes. Disfrutando del primer penalti de la temporada, el error de Roque Mesa, que no la parada de Diego Mariño, no debilitó al Pucela. Al revés Le llevó a una fase de confianza, seguridad y arrojo que supuso el tanto del grancanario y la importante victoria, aquélla que se entiende y se define por la tendencia y el disfrute.

Encuentros como éste hacen ganadores a los equipos. En duelos como éste se consiguen objetivos porque, además de los golpes psicológicos, suponen uniones importantes. Las sinergias, como se decía en etapas de mediocridad, ahora fortalecen al Real Valladolid y hacen, por ejemplo, que Pacheta disfrute con su equipo y que el Estadio José Zorrilla sueñe a lo grande. Ambos lo merecen.