La victoria (0-2) en el Estadio de Ipurúa ha cambiado al Real Valladolid. El golpe ante la Real Sociedad B fue duro pero el equipo respondió, con todos sus jugadores, dónde y cómo debía. Los de José Rojo, Pacheta, dieron un golpe definitivo ante la Sociedad Deportiva Éibar. Lo hicieron con solvencia y, también, con recorrido.
Sin los tres puntos obtenidos en tierras vascas hubiera sido impensable imaginar la victoria y las formas con las que los pucelanos consiguieron superar a un rival como la Sociedad Deportiva Ponferradina. El equipo de Jon Pérez, Bolo, llegaba al Estadio José Zorrilla jugándose la participación en el play off y fue superado claramente por el Pucela en el encuentro pero, sobre todo, en la última media hora.
Un destello de calidad de Iván Sánchez comenzó a guiar una victoria que tiene la firma protagonista de Monchu Rodríguez. La entrada del '8', con gol incluido en su primera participación, hizo que el Real Valladolid viviera un final de encuentro plácido. La superioridad y la seguridad eran altísimas y lo eran porque el Pucela conseguía llevar el encuentro a sus registros y contextos, aquéllos que tiene un equipo que ha sido detallado y mejorado en el mercado de invierno.
A falta de dos jornadas para el final de la temporada y con el objetivo del ascenso en la mano, el inicio de los partidos es fundamental. Ver, calibrar y entender cuáles son los objetivos de los equipos que marcan tendencias e inercias. Con todo, el Real Valladolid acertó en su puesta en escena ante la Sociedad Deportiva Ponferradina.
El equipo José Rojo, Pacheta, sabía qué se jugaba en la visita del equipo berciano y lo demostró desde los primeros segundos de partido. El gol de Iván Sánchez cuando no se cumplía el minuto de juego define las intenciones pucelanas y, a su vez, allanaba el camino para una victoria tan necesaria como de prestigio.
Comenzar ganando un duelo como éste genera una sensación de superioridad que por muy igualado que esté el juego genera fuerzas y seguridades en el equipo que toma ventaja, tal y como ocurrió en el Real Valladolid tras el gol de Iván Sánchez. El estreno goleador del '21' cambió el encuentro e hizo que los pucelanos tuvieran dominados unos 45 primeros minutos igualados en el juego y en la creación de ocasiones.
Entre la igualdad, Iván Sánchez marcó la diferencia y el Real Valladolid ponía la primera piedra para una victoria tan de renombre como importante que se consiguió forjar en una segunda parte más tranquila de lo esperado. La igualdad de los primeros 45 minutos se tornó en superioridad blanquivioleta tras el descanso.
Los ajustes de Pacheta y, ante todo, la entrada de Monchu Rodríguez relajaron las tensiones y evitaron los típicos nervios de partidos como éste. Tras la igualdad inicial, el duelo se esperaba de infarto pero la realidad fue la de un final de partido dominado y casi sentenciado a falta de media hora de juego.
La entrada del '8' al terreno de juego y el golazo en su primera participación con el balón dejaron visto para sentencia el encuentro. El Real Valladolid iba a conseguir la victoria porque los de Pacheta demostraron que eran superiores al rival en todo. En juego, propuesta, creación de ocasiones y liderazgo.
Haciendo suyo el juego y el partido, los últimos 20 minutos de partido fueron de constantes ocasiones pucelanas. La confianza blanquivioleta era total y con ella se cerró una victoria que traslada toda la presión a la Sociedad Deportiva Éibar y no sólo para el duelo de este sábado sino, también, hasta el final de la temporada.