El Real Valladolid cayó derrotado (0-2) ante el Athletic Club en el Estadio de Anduva, feudo del CD Mirandés en el segundo partido amistoso pucelano con motivo del parón por el Mundial de Qatar. Un encuentro que "exige y obliga a cometer errores", como comentó José Rojo, Pacheta en sala de prensa, y en el que el Pucela tuvo buenos minutos, pero imprecisiones que costaron goles.
El cómputo global del partido del Pucela en Miranda de Ebro fue bueno respecto a lo generado, pero no así en lo defensivo. Uno de los jugadores que más brilló fue Iván Sánchez, que le puso vértigo al ataque.
Los de Pacheta se tomaron en serio el choque desde la alineación hasta el pitido final. Por actitud no será, pero la falta de acierto estuvo presente. Kike Pérez aportó mucho con caídas a banda, Sergio Escudero estuvo muy correcto como central y, en los laterales, Iván Garri e Iván Fresneda estuvieron incisivos en ataque.
Hubo varios aspectos a tener en cuenta en el plano menos positivo. El primero de ellos fue el de las imprecisiones en la salida de balón, que en un principio sólo se transformaron en ocasiones, pero acabaron costando goles en contra y errores importantes.
Además, otra vez el conjunto blanquivioleta estuvo poco acertado de cara a portería y se vio a futbolistas como Juanjo Narváez, que tampoco aprovechó la Copa del Rey ni los amistosos anteriores, y a Shon Weissman algo desconectados del choque.