Todas las alarmas saltaron el pasado 19 de diciembre. El Real Zaragoza perdía 3-1 en el campo del Nástic dando una imagen bastante pobre. Pero lo más preocupante fue la figura de un jugador tendido en el suelo. Abraham Minero, tras hacer un último disparo, se derrumbó sobre el césped con tremendos gestos de dolor. Se había roto el calcáneo, hueso ubicado en el pie. Esa fue la última vez que participó en un partido esta temporada.
Desde ese momento, el jugador ha estado atravesando un largo proceso de recuperación que ahora ya llega a su fin. A finales de la semana pasada ya comenzó a ejercitarse con el grupo, pero el defensa es prudente: "Voy a entrar poco a poco, así lo hemos decidido. No estoy para jugar todavía... Por lo menos esta semana. Primero quiero sentirme bien en el ritmo de entrenamientos".
¿Cuándo comenzó todo? Abraham se ha sincerado y ha hablado de las molestias que sentía antes de que su calcáneo dijese basta: "Fue una imprudencia. No veía más allá de querer jugar y fue un cúmulo de circunstancias. Tenía un golpe, pero jugué con él. Solo pensaba en eso...". Finalmente, con ese último disparo mientras el árbitro pitaba la conclusión del partido, fue cuando el lateral izquierdo no soportó más. "Estaba tocado, jugué con ese golpe y al final todo salió mal... Pero a estas alturas ya no hay que mirar atrás".
Fue una imprudencia. No veía más allá de jugar y fue un cúmulo de circunstancias. Yo estaba tocado, jugué con un golpe y solamente pensaba en salir al césped. Todo salió mal. Me asusté porque pudo ser peor cuando me explicaron cómo me arriesgué.
Y es que ahora el catalán ya está a punto de regresar a los terrenos de juego. Va poco a poco, con la paciencia que en su día pudo faltarle. Ahora sí, Abraham es consciente de los tiempos que debe seguir. "Me he tratado aquí y en Barcelona", afirma -como ya anunció ElDesmarque Zaragoza-, y añade con alivio que "gracias a Dios no hubo escayola y ahora me siento fuerte".
Reconoce que cuando se rompió del todo tuvo miedo: "Me asusté. Sobre todo cuando me explicaron que pudo ser peor, cómo me arriesgue y lo que pudo haber sido. Pero ahora eso ya pasó". Un renovado y casi recuperado Abraham vuelve a sonreír tras esa imprudencia. Ahora solo trabaja "para ayudar" y en entrar poco a poco en la dinámica de entrenamientos junto a sus compañeros. De momento, ya participó en los calentamientos de la semana pasada.