Vuelta al trabajo del Real Zaragoza. Tras el descanso habitual de los martes, el equipo aragonés ha retomado esta mañana su rutina de trabajo con buenas noticias: Cezary Wilk ha participado unos minutos en la sesión. Después, se ha retirado al gimnasio para continuar su puesta a puntos, de la que en teoría solamente le queda un mes más.
Olvidado en golpe que asestó el Girona el pasado domingo, los blanquillos han realizado una sesión marcada por el trabajo físico que ha planteado Sergio Dorado. Físico y balón para limar los errores que costaron la derrota por 0-3 en La Romareda y que contra el Elche no pueden volver a repetirse. Y es que la plantilla quiere ir con ánimos renovados al Martínez Valero y volver a dar un golpe encima de la mesa que le sirva para mantener y alargar distancias con sus perseguidores.
Así, los banquillos trabajan plenamente centrados en el duelo que se jugará en tierras ilicitanas con el objetivo de olvidar el tropiezo del pasado fin de semana y reanudar la buena dinámica que estaba manteniendo en los partidos anteriores. Mañana, nueva sesión. Tendrá tintes especiales: será a puerta abierta y los jugadores recibirán el aliento y el cariño de todos aquellos aficionados que quieran acercarse, desde las 10.15, a La Romareda.