Dos partidos en uno se pudieron ver en El Toralín con una primera parte muy lenta y con poco ritmo por parte de los dos equipos y una segunda mitad con la Ponferradina buscando la salvación ante un Zaragoza que se confió y solo pudo rascar un punto.
Desde el primer momento se vio en el campo a dos equipos completamente diferentes en cuanto a ritmo, nivel y, sobre todo, intensidad. El Real Zaragoza quería salir jugando y siempre que lo hacía con precisión acababa encontrando acciones cerca del área de Santamaría. Fruto de ese dominio llegaría la mejor acción de la primera parte que fue una jugada de Dongou en la frontal, que acabó en un buen disparo del camerunés y en una gran parada del guardameta local.
La Ponferradina no creaba peligro, el balón no le duraba nada en su poder y era muy impreciso a la hora de combinar. No hubo ningún momento de sensación de peligro en la portería de Manu Herrera y el único bagaje ofensivo reseñable fueron un par de remates de cabeza tras jugadas a balón parado.
El ritmo del partido era muy bajo. Los leoneses dejaban el dominio a su rival, pero el Zaragoza no utilizaba la velocidad correcta y así iban pasando los minutos. Lo peor es que daba la sensación de que así se podía acabar el partido y a estar alturas un punto es insuficiente para el objetivo del ascenso directo.
Lo más destacado en la primera mitad fueron las acciones de la banda izquierda. Carreras sustituyó a Hinestroza con la presencia de Gil en su lugar y el canterano estuvo muy activo. La segunda mejor acción del primer periodo fueron un par de centros suyos en la misma jugada, pero no encontró ni a Dongou ni a Pedro en posiciones francas.
El Real Zaragoza era superior, pero esa velocidad no le bastaba para crear un acoso abrumador. Era la tarea pendiente para la segunda parte.
El partido se reanudó con una Ponferradina mucho más ambiciosa y, al contrario de la primera parte, hizo sufrir al Zaragoza. El equipo local se fue a por los de Carreras y estos no reaccionaban. Los primeros diez minutos fueron de los berzianos y el equipo aragonés solo se apuntaba alguna salida de Dongou. En una de ellas se reclamó penalti al delantero africano, pero Ais Reig no lo señaló. Minutos más tarde tuvo que volar Manu Herrera para salvar a su equipo en dos ocasiones junto a la cepa del palo derecho..
Ante estos nuevos acontecimientos, los entrenadores movieron sus banquillos. En el Zaragoza, Ángel salió por Ros para buscar una mayor mordiente ofensiva y Diamanka para refrescar el centro del campo. Pero el partido lejos de cambiar se puso más de cara para los locales con el gol de Acorán. El Real Zaragoza no era capaz de reaccionar y la Ponferradina lo aprovechó.
Con la derrota, Carreras quemó todas sus naves y sacrificó a un defensa -Guitián- para sacar a Jorge Ortí. Nada más salir, el zaragozano tiró una falta que sacó in extremis Santamaría y en una acción de Diamanká, Ángel rescató un punto para su equipo. Ais Reig se comió otra pena máxima muy clara sobre Dongou. En los últimos minutos, Manu Herrera fue héroe un día más y se tuvo que emplear a fondo para defender el empate.