Este domingo, Raúl Agné volverá a estar sentado en el banquillo del Real Zaragoza. El conjunto aragonés recibe al Nástic de Tarragona en La Romareda con el futuro del técnico pendiendo de un hilo. Los malos resultados cosechados por el equipo en este inicio de 2017 han puesto en entredicho la continuidad del de Mequinenza en el club blanquillo.
Su figura lleva siendo discutida varias jornadas, pero volverá a disfrutar de una nueva ocasión para revertir la situación de los suyos. En los últimos siete encuentros, el Real Zaragoza ha sumado una sola victoria (Sociedad Deportiva Huesca), dos empates (Lugo y Alcorcón) y cuatro derrotas (Girona, Tenerife, UCAM Murcia y Levante).
Un total de cinco puntos de los 21 que había en juego. Una dinámica que ha llevado al conjunto aragonés a la decimocuarta posición de la tabla clasificatoria. Situación de riesgo teniendo en cuenta que la zona de promoción se aleja y que los blanquillos están más cerca del descenso que de la parte de arriba de la competición.
En su momento más crítico, Raúl Agné lograba calmar la tensión generada con un triunfo vital en El Alcoraz frente a la Sociedad Deportiva Huesca. Sin embargo, la derrota contra el Levante UD y el empate en Alcorcón vuelven a poner al entrenador zaragocista al borde del abismo. Por ello, los dos próximos duelos en La Romareda pueden marcar también el futuro del técnico de Mequinenza.
Además, la inminente llegada de Lalo Arantegui a la dirección deportiva también será determinante en la decisión sobre la continuidad de Raúl Agné en el banquillo de la capital del Ebro. Por el momento, el aragonés tiene ante sí la enésima oportunidad esta temporada de coger algo de oxígeno y seguir siendo, al menos una semana más, entrenador del Real Zaragoza.