Algo más de dos semanas después de dar inicio a la pretemporada, el Real Zaragoza afrontar su primer amistoso de nivel. Tras dos encuentros más cercanos al entrenamiento que al partido, por primera vez podrá verse al equipo de Natxo González en un estadio de entidad, luciendo las nuevas equipaciones y disipando la incógnita sobre los números que lucirán los jugadores.
Lo hará además frente a un equipo que a buen seguro se mostrará exigente con el conjunto blanquillo. La UD Logroñés es un equipo asentado en la categoría de bronce del fútbol español que la pasada campaña alcanzó la sexta posición en el grupo II, en el que se mezclan de forma mayoritaria los clubes vascos y madrileños y del que logró el ascenso a Segunda división el Albacete, que la próxima temporada se verá las caras con el Real Zaragoza.
Un UD Logroñés cuya principal fortaleza está en la defensa -la mejor de su grupo junto al Real Unión con 33 goles en contra-. Una línea liderada por un exzaragocista como es el guardameta Miguel, que llegara a debutar con el primer equipo del Real Zaragoza en Segunda (2002/03) y que apura la recta final de su carrera deportiva como pieza importante en el conjunto riojano. Una línea, la defensiva, a la que se ha sumado recientemente otro exzaragocista, Ramiro Mayor. Por contra, los esfuerzos de los logroñeses en este mercado estival se han centrado en reforzar la parcela ofensiva, para lo que han sumado a Ñoño, Germán Saenz y Marcos André (excompañero y amigo de Borja Iglesias).
Un equipo complicado para un Real Zaragoza todavía en construcción, que además, plantó cara a todo un Primera en su último encuentro de pretemporada, en el que tan sólo cedió por 1-0 frente al Alavés en la localidad de Laguardia.