Natxo, desencadenado

El Real Zaragoza volvió a la senda de la victoria en el encuentro de Copa del Rey frente al Lugo en lo que es algo más que un triunfo. Ganar, con un magnífico tanto de Papunashvili, sirve para reforzar la línea de juego mostrada durante este inicio de temporada pese a que los resultados no han acompañado al equipo en la competición liguera.

Porque mucho se había debatido en la capital del Ebro sobre la idoneidad de seguir el curso de la Copa o dejarla de lado para centrarse en la Liga, quizá sin tener en cuenta la necesidad del equipo de apuntalar su moral viéndose capaz de ganar después de mostrar un buen nivel de juego durante las últimas jornadas pero sin el premio de la victoria.
Lo sabía Natxo González, que anunció cambios en la previa pero sin renunciar a pasar de ronda. El técnico vasco no ve la Copa como un estorbo sino como un instrumento para la cohesión de un equipo que todavía está pleno proceso de construcción. Y funcionó. El Real Zaragoza no sólo se llevó un triunfo importante para la moral colectiva, también elevó la moral individual de jugadores que poco habían contado hasta ahora como Alain, Papu o Guti, que firmaron notables actuaciones individuales.
Por eso, al finalizar el encuentro Natxo González dejó una de las imágenes más destacadas. Sobre el pitido del árbitro pudo verse al técnico vasco auténticamente desatado, celebrando como nunca el triunfo con sus ayudantes y dirigiéndose a la grada, satisfecho, por fin, de hacer feliz a la afición de La Romareda.