Que el Real Zaragoza sigue en fase de crecimiento no se le escapa a nadie; que los responsables deportivos del club ya avisaban de que iba a costar, tampoco; que el equipo emite buenas sensaciones, queda claro; que esa actitud que emana le concede más crédito, es una obviedad... Pero que el conjunto de Natxo tiene la obligación y la urgencia de ganarle al Nástic, es una realidad y, de no conseguirlo, el arco iris que hay sobre La Romareda se puede tornar en nubes grises.
El Zaragoza viene de jugar dos partidos seguidos ante el Lugo. En Liga perdió inmerecidamente y en Copa ganó ofreciendo un buen juego. Cierto es, que en el torneo doméstico, el equipo aragonés sólo suma cuatro puntos en cinco jornadas y que es un escaso bagaje para todo lo que se está hablando sobre sus cualidades. En el torneo copero, han sido duelos más extraños con onces muy diferentes en los dos rivales superados.
Natxo se encomienda a sus jugadores más reconocibles. El técnico ya ha integrado totalmente en la dinámica de la competición a Cristian y sus actuaciones en la portería están convenciendo al respetable. Mikel va adquiriendo chispa de partidos y será titular. El técnico recupera también a Febas, después de su lesión tras el choque ante el Alcorcón y se espera la mejor versión de Borja Iglesias como local.
El rival llega a La Romareda convaleciente de los primeros movimientos que se hicieron desde la directiva tras un comienzo realmente malo. Las malas sensaciones se llevaron por delante a Lluís Carreras y ahora se ha hecho cargo del equipo, Rodri, que era el segundo de Agné en el Zaragoza. No estarán Perone y Emaná, pero vienen de ganar en casa y eso les mantiene con la moral elevada.
Real Zaragoza- Cristian; Benito, Mikel González, Verdasca, Ángel; Zapater, Eguaras; Toquero, Febas, Buff; Borja. Nástic- Dimitrievski; Kakabadze, Suuki, Molina, Jiménez; Gaztañaga, Tejera, Perdomo, Mesa; Barreiro y Delgado.