El Valencia no tiene piedad con el Zaragoza

Partido de trámite el que afrontaba el Real Zaragoza en Mestalla. Vuelta de unos dieciseisavos de final de Copa del Rey que ya venían demasiado condicionados por el resultado de la ida en La Romareda. Un 0-2 que pesaba demasiado a los intereses del conjunto de Natxo González.

Pese a todo, los primeros minutos el equipo aragonés salió con ganas de, al menos, marcar un gol. Una presión elevada y una intensidad inicial de los once elegidos por Natxo González que en los primeros minutos nos mostró a un Vinicius trabajador y que al poco de empezar ya merodeó por los dominios de Jaume con un disparo lejano tras robo rápido. 
En defensa el equipo también salió bien plantado. Especialmente grata fue la imagen de David Vicente. El juvenil estuvo valiente y tapó su costado con oficio, cerrando espacios a Paulista y a Santi Mina, al que le desvió un envío que pudo ser el tempranero 1-0. Parecía que el Zaragoza presentaría batalla.
Incluso hasta un semifallo de Buff, que no conectó bien una volea, terminó siendo un regate poco ortodoxo que acabó en córner. El Zaragoza pisaba área, mientras Ratón tapaba las opciones lejanas del Valencia, como el disparo que le sacó a Paulista con los puños. Zaza también buscó las cosquillas a la defensa blanquilla -esta vez de rojo- fingiendo un penalti que no fue más que un piscinazo mal simulado. Bien el colegiado por no picar y por no pitarlo. Pero mal por perdonarle la amarilla.
En esas estaba el Real Zaragoza, intentando dar la cara y morir de pie hasta que llegó el fallo de rigor. Grippo intentó sacar un balón ante Santi Mina, pero el cuero se estrelló en el valencianista que, ante la indecisión de los dos zagueros -Valentín se quedó clavado en el sitio- conectó la contra rápida junto a Zaza que, tras una buena pared, terminó materializando. 1-0 y ahí moría el partido y la eliminatoria. 

Huracán Zaza

Lo peor estaba por venir en la segunda mitad, cuando el Valencia salió en tromba con un ataque feroz liderado por Simone Zaza. Después de una ocasión que erró Buff, Santi Mina conseguía su doblete después de una buena conexión con Zaza y en el que, de nuevo, la defensa zaragocista volvió a mostrarse demasiado blanda. 
El italiano también participaría en el tercer gol del recién ingresado al campo Robert Ibáñez. El Valencia iba a por más y aún tendría tiempo de anotar el cuarto gol, en un saque de esquina, en el que Vezo remataría sin mayores problemas. El gol del honor para los de Natxo González fue con un cabezazo de Pombo en los compases finales después de un buen centro de Javi Ros. 
Final del trayecto en la Copa para un Real Zaragoza que ahora debe centrarse de manera urgente en la Liga, donde está obligado a retomarle cuanto ante el pulso a la competición doméstica. Desde luego, mala imagen en Mestalla ante, eso sí, un rival muy superior que en ningún momento dio opciones a los blanquillos.