El Real Zaragoza volvió a la Ciudad Deportiva en la mañana del lunes tras la importante victoria cosechada frente al CD Lugo en el estadio municipal de La Romareda. Los de Natxo González llevaron a cabo el habitual entrenamiento de recuperación en el que el grupo se separa entre los que tuvieron más y menos minutos en el encuentro.
Una sesión de trabajo que comenzó entre risas y bromas de los jugadores nada más saltar al césped del campo de entrenamiento. Un lunes de trabajo más ligero de lo habitual en el que por fin acompañaron los resultados, tanto el del propio Real Zaragoza como el de los rivales en la zona baja, para rebajar la tensión de las últimas semanas. Todo esto tras un partido notable ante el equipo gallego en el que destacaron algunos nombres propios, como el de Oliver Buff, uno de los más sonrientes del entrenamiento.
Tras la carrera continua, separación en dos grupos, con los titulares –a los que se les añadía Zalaya– por una parte, y los jugadores que tuvieron menos minutos, por otra. Para los más importantes frente al CD Lugo, tan sólo la obligación de trotar y tratar de recuperar de la mejor manera posible. Para el resto, balón y portería, partidillos en espacio reducido y más intensidad, en busca de hacerse un hueco en el próximo compromiso de los blanquillos. Al margen estuvieron los lesionados Grippo y Toquero, así como Guti, al que se le subió el gemelo frente al equipo gallego.