El guardameta del Real Zaragoza vive uno de los mejores momentos de una dilatada carrera deportiva que encara sus últimas temporadas. Una trayectoria en la que Cristian Álvarez guarda para el recuerdo su paso por otros dos equipos españoles antes de la presente experiencia como blanquillo, en el Espanyol y en el Rayo, su próximo rival.
Un paso por el conjunto vallecano que fue breve pero intenso. Tras cinco temporadas en el Espanyol, equipo con el que logró incluso la titularidad en la máxima categoría, tras una serie de lesiones y su no renovación por el equipo catalán, Cristian volvía a su Argentina para figurar en San Lorenzo. Allí otras tres temporadas y de vuelta a España para vestir los colores de Rayo.
Un paso breve por el equipo madrileño pero que dejó una profunda huella tanto en el jugador como en la afición vallecana. Pese a no ser un fijo para el entonces entrenador del equipo, el exzaragocista Paco Jémez, el carisma de Cristian y su carácter, alejado a lo que se podría pensar de la mayoría de los futbolistas, entroncó a la perfección con la filosofía del club y sus aficionados. En lo meramente deportivo, el argentino compartió puesto en la portería con el veterano Toño, que acabó ganándole la partida en la titularidad en una temporada en la que el equipo acabó cómodamente en mitad de tabla.
Volverá ahora el argentino al estadio de Vallecas como portero del Real Zaragoza, uno de los mejores de la categoría y rival directo en la lucha por el ascenso. Será por tanto una buena prueba para ver si el cariño que guardan entre ambos es verdadero.