Fue un día como hoy, un 26 de abril de 1986. Después de una larga trayectoria con mayor o menor éxito, con dos descensos a Segunda solventados con rápidos ascensos y tras luchar por el título liguero en varias ocasiones, tras veinte años, el Real Zaragoza volvía a reinar, a levantar la Copa del Rey en el Vicente Calderón.
Tras el ascenso de 1977, el equipo aragonés lograba poco a poco la estabilidad nuevamente en la máxima categoría, aunque quedaba lejos el tiempo de 'Los Magníficos' en el que se luchó por el título liguero y se lograron dos Copas y una Copa de Ferias. No eran los tiempos tampoco de Carriega, que en dos temporadas consecutivas había logrado meter la cabeza entre los mejores en liga, llegando a ser segundo y tercero de forma consecutiva. Dirigía ahora al equipo aragonés un hombre de la casa, Luis Costa. Un equipo en el que destacaban veteranos como Casuco, Señor y García Cortés, mientras empezaban a despuntar dos jóvenes que harían historia en el club, como Pardeza y Cedrún.
Lo hacía también un jovencito uruguayo, un tal Rubén Sosa, convertido en protagonista de aquella Copa. Se llegaba a la final tras superar duros escollos que incluyeron a un correoso Burgos y a los dos equipos del Real Madrid; cayó primero el Castilla y después el primer equipo, en una Romareda convertida en fortín. Y en la final esperaba el FC Barcelona.
Pese a un inicio nervioso, con ocasiones para el equipo catalán, mediada la primera parte llegaría el gol de los blanquillos. Una falta lejana disparada por Rubén Sosa tropieza en 'Pichi' Alonso, que formaba en la barrera, para despistar a Urruti y poner el 0-1 en el marcador. Tuvo que resistir el equipo aragonés las avenidas de Barça, e incluso pudo aumentar la renta a la contra, pero el marcador no se movió y el Real Zaragoza se hizo con su tercer título de Copa. Veinte años después volvía a reinar para iniciar la época más brillante de la historia del club.