La vuelta de Grippo, la guinda en una mañana feliz

El Real Zaragoza ha llevado a cabo la habitual sesión de recuperación posterior a cada encuentro liguero y lo ha hecho con la satisfacción de haber sumado tres puntos más frente al Albacete, una victoria que acerca a los de Natxo González al objetivo final del equipo, que no es otro que el de conseguir una plaza para la promoción por el ascenso.

Un entrenamiento que ha comenzado con la mala noticia de la ausencia de Eguaras. El centrocampista navarro ha intercambiado impresiones con el entrenador antes de tomar el camino del gimnasio, donde se ha ejercitado en solitario. En el lado contrario, la mejor de las noticias ha llegado de la mano de Simone Grippo. El central, que cayera lesionado en el encuentro frente al Rayo, ha vuelto al grupo una vez superada la lesión de rodilla que se produjo, compartiendo no sólo la carrera con sus compañeros, sino también ejercicios con balón.
Como suele ser habitual, el balón ha sido el protagonista de la sesión, en este caso, para los que menos minutos disputaron frente al Albacete. Los titulares, por contra, tras la carrera continua se han marchado al gimnasio, donde trabajan en busca de lograr la mejor recuperación posible. Todo antes de una jornada de descanso antes de comenzar a preparar a conciencia el partido ante el Real Valladolid.