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Real Zaragoza
3-2
Real Valladolid

La magia de Borja asegura el play off

Borja, Pombo y Zapater celebran el primer gol (Foto: Dani Marzo).
Á. Montaner

La Romareda volvía a acoger un partido de tiros largos. De esos que hay que jugar con frac, sombrero y pajarita. El Real Zaragoza lo sabía y, sobre todo en una primera parte brillante, supo llevar la batuta del encuentro y marcó los tiempos ante un Valladolid que renunció demasiado pronto al balón y que esperó agazapado al conjunto blanquillo. Tres puntos eran el playoff.

Desde los primeros minutos, los de Natxo González salieron con las ideas muy claras. En el centro del campo, Eguaras volvió a disfrutar de un partido con libertad de movimientos, lo que sin duda favoreció al Real Zaragoza. En defensa, no hubo complicaciones y, desde los laterales, el equipo en seguida empezó a crecer
Arriba, Pombo volvió a demostrar que su paso por el banquillo estas últimas semanas le ha venido de maravilla. La prueba fue el primer gol. En una magnífica carrera individual, le colocó a Borja un pase de maravilla para que el 'panda' definiera muy bien ante Masip. Era el primer cuarto de hora y La Romareda ya estaba con el primer tanto del Real Zaragoza. 
Lejos de venirse abajo, el Real Valladolid siguió fiel a su plan. De hecho, a renglón seguido tuvo una opción clara de empatar el encuentro y un balón que terminó envenenándose tras tocar en Verdasca, fue palmeado por el rosarino para no ceder el empate tan pronto. Fue una de las dos ocasiones claras que tuvo el equipo pucelano.
La otra fue tras una falta de entendimiento en la marca entre Eguaras y Mikel. El central, en lugar de saltar, guardo la posición. El centrocampista, se fió de que su compañero iría a encimar a Villa. Uno por el otro, la casa sin barrer y un balón peligroso hacia Mata que, por fortuna, fue demasiado largo. 
El Real Zaragoza también tuvo la suya. Tras una buena recuperación de Javi Ros, el de Tudela realizó una buena carrera por la banda derecha y puso un buen balón buscando a Pombo. Pero Masip estuvo más rápido. Por lo demás, el guión siguió igual. El Zaragoza con el balón en su poder y el Valladolid con dos líneas de cuatro esperando para recuperar y salir rápido. Así se llegó al descanso con 1-0.

La locura y Arcediano

En la reanudación el orden que se había visto en la primera parte saltó por los aires. En buena medida por el colegiado, Arcediano Monescillo, que perdió el control del partido en determinados momentos. Antes de que terminase siendo protagonista, el Real Valladolid se aplicó a fondo, puso una marcha más y en seguida consiguió el empate con el gol de Toni Villa
Fue tras un desajuste en la defensa entre Zapater, Verdasca y un Lasure que llegó tarde. Era el empate a uno y todo volvía a empezar de cero para el Real Zaragoza. Lejos de otras versiones, de jornadas anteriores en esta Liga, el equipo de Natxo también supo apretar los dientes y también fue a por el partido. 
Probó suerte con un Borja que realizó un trabajo bestial y con un Pombo que también estaba de dulce. La recompensa a ese esfuerzo llegó en forma de un penalti tan claro como protestado por los jugadores del Valladolid. Borja, el del Valladolid, agarró de una manera clarísima al Borja blanquillo. Fue el propio 'panda' quien puso el 2-1 y la locura (la buena) en La Romareda.
Porque la locura mala la puso minutos después el colegiado. Antes, por no expulsar a algún jugador pucelano que protestaron de manera demasiado airada. Después, por sacarle la roja a Eguaras en una falta que fue más un resbalón que una cazada. Puede que fuera de amarilla. Puede que ni eso. Sea como fuere, Monescillo dejó al Zaragoza con diez demasiado pronto. 
Tras eso, el Zaragoza pasó 10 minutos de acoso y derribo. El Valladolid cogió el machete y encerró en el área a un Real Zaragoza que aguantó el tipo y supo sufrir. Después de ese sufrimiento, el Real Zaragoza se encontró con un nuevo penalti. Esta vez más discutido. Fue de un Verdasca que con más fe que nadie entró en el área, rozando la línea de fondo, como un tren. Borja marcaba y La Romareda se volvía a caer
Con más calma, por la renta de goles y viéndose ya instalado en los play off, el Real Zaragoza siguió sufriendo. Pero un poquito menos. En el arreón final, Cristian Álvarez volvió a vestirse de mago para sacar hasta tres manos imposibles y repeler el peligro. Los blanquivioletas marcaron en el descuento, pero el tiempo estaba prácticamente cumplido. Sonrían. El Real Zaragoza ya está en play off. Y lo mejor está por venir. 

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